Las cometas de Jaffa | Custodia Terrae Sanctae

Las cometas de Jaffa

30 de abril. De vez en cuando somos conscientes de que algunas cosas de nuestro pasado desaparecen, pero las cometas siguen existiendo. Y, sobre todo, siguen proporcionando a los niños la misma alegría. La ocasión para verlas ha sido la inauguración de la última parte del paseo marítimo que, desde Tel Aviv, llega por el sur a la nueva ciudad de Bat Yam, fundada y desarrollada con el Estado de Israel, pasando por la antiquísima, milenaria Jaffa que tiene tantas historias que contar.

El municipio ha querido celebrar la conclusión de los trabajos además de con la presencia de las autoridades, con la presencia gozosa de los niños con sus cometas. Esta parte del paseo marítimo de Jaffa, antes de los trabajos, era impracticable debido al cúmulo de inmundicias, detritos, ruinas, restos de las viejas casas de Jaffa derrumbadas por distintos motivos. Tras un largo trabajo de acondicionamiento, se ha creado en el paseo marítimo un lugar donde las familias pueden caminar, pasar tranquilos momentos sobre la hierba ante el panorama de un mar espléndido. Para los niños es un auténtico paraíso, y en Jaffa hay tantísimos niños, sobre todo árabes.

Pocos días antes de la inauguración vino a nuestra escuela, enviada por el ayuntamiento, una maestra de trabajos artísticos que ha enseñado y ayudado a los chavales de la séptima clase a construir cometas con materiales un poco diferentes a aquellos de hace tantos años. Los chavales se han entusiasmado. Según la cita prevista, nuestros chicos juntos con los de otras escuelas han llenado las verdes alturas, cercanas al azul del mar y del cielo, y después desde el paseo marítimo han hecho volar sus bellísimas cometas en el cielo. Todos con los ojos en alto siguiendo las acrobacias de la propia cometa; todos entusiasmados. Había una atmósfera de alegría sincera, natural, de tanta serenidad y de tanta paz. También los mayores se han convertido en niños. Las cometas llevaban a lo alto, lejos de la tierra allá arriba en el cielo, los sueños, las emociones, las aspiraciones de cada uno. Eran un signo de libertad. Los adultos, hebreos y árabes, invitados a la inauguración de este gran parque cercano al mar al servicio de la población, pero sobre de los niños de Jaffa, se alegraban viendo el vuelo de las cometas. También yo estaba presente, alzando los ojos hacia la infinidad del cielo, siguiendo el vuelo de las cometas. Se sentía una profunda paz. ¡Ojalá vengan más días como éste!

¡Qué cierto es que para llegar a la paz es necesario hacerse simple como los niños! Nada nuevo, cierto. Ya lo había dicho Alguien, hace 2000 años.

Fray Arturo Vasaturo ofm
Director de la Escuela Secundaria de Tierra Santa - Jaffa