Como ya es tradicional, durante la mañana del 21 de diciembre una delegación de las fuerzas armadas israelíes se ha reunido con el custodio, fray Pierbattista Pizzaballa, para felicitar la Navidad a la comunidad franciscana. Esta breve reunión se ha celebrado en los locales de la Curia custodial, en el convento de San Salvador de Jerusalén. Estaban presentes fray Artemio Vítores, vicario custodial, y fray Ibrahim Faltas, actual ecónomo custodial y responsable de las relaciones con las autoridades palestinas e israelíes. Entre los miembros de las fuerzas policiales israelíes que han tomado parte en esta ocasión estaban presentes el Dr. Moshe Bareket, comandante del sub-distrito David Police de Jaffa Gate en Jerusalén; los jefes superintendentes Avi Bitton, Erez Tavour y Yaniv Shlomo y el sargento mayor Johnny Kassabri, oficial responsable de las relaciones con las comunidades cristianas.
En un clima abierto y de cordialidad, ante un pequeño y gracioso nacimiento colocado sobre una mesita en el centro de la sala, se ha hablado de la afluencia que se espera de peregrinos a los Santos Lugares durante estos días de fiesta y los esfuerzos en cuanto a organización, coordinación y seguridad que la solemnidad de Navidad requieren para que todo salga de forma serena y ordenada. Los responsables militares israelíes, por otro lado, han asegurado su plena disponibilidad para colaborar de tal forma que las medidas de seguridad adoptadas sean eficaces y, al mismo tiempo, permitan a la población cristiana y a los peregrinos transitar del modo más ágil y rápido posible a través de los {checkpoints} y de los puntos de control situados entre Belén y Jerusalén.
A este agradable momento ha seguido el intercambio de las felicitaciones con la entrega a los visitantes de un pequeño regalo por parte de la Custodia franciscana. Esta, como otras, son oportunidades significativas, a pesar de su simplicidad, para hacer crecer la comprensión mutua y para madurar en el camino de la colaboración en una tierra que aún sufre por encontrar el equilibrio pero a la que el espíritu de la Navidad contribuye a hacer un poco más sensible. En el acontecimiento simple del nacimiento de un niño se encuentra la grandeza del don perfecto.
Texto de Caterina Foppa Pedretti
Fotos de Alice Caputo
En un clima abierto y de cordialidad, ante un pequeño y gracioso nacimiento colocado sobre una mesita en el centro de la sala, se ha hablado de la afluencia que se espera de peregrinos a los Santos Lugares durante estos días de fiesta y los esfuerzos en cuanto a organización, coordinación y seguridad que la solemnidad de Navidad requieren para que todo salga de forma serena y ordenada. Los responsables militares israelíes, por otro lado, han asegurado su plena disponibilidad para colaborar de tal forma que las medidas de seguridad adoptadas sean eficaces y, al mismo tiempo, permitan a la población cristiana y a los peregrinos transitar del modo más ágil y rápido posible a través de los {checkpoints} y de los puntos de control situados entre Belén y Jerusalén.
A este agradable momento ha seguido el intercambio de las felicitaciones con la entrega a los visitantes de un pequeño regalo por parte de la Custodia franciscana. Esta, como otras, son oportunidades significativas, a pesar de su simplicidad, para hacer crecer la comprensión mutua y para madurar en el camino de la colaboración en una tierra que aún sufre por encontrar el equilibrio pero a la que el espíritu de la Navidad contribuye a hacer un poco más sensible. En el acontecimiento simple del nacimiento de un niño se encuentra la grandeza del don perfecto.
Texto de Caterina Foppa Pedretti
Fotos de Alice Caputo