La solemnidad de San Francisco en Jerusalén - 2006 | Custodia Terrae Sanctae

La solemnidad de San Francisco en Jerusalén - 2006

Hace 780 años, el 3 de octubre de 1226 falleció San Francisco de Asís a los 45 años. A su muerte, la orden estaba en pleno crecimiento y compartía con miles de hermanos. La provincia de Tierra Santa se creó 9 años antes y algunos hermanos ya habían visitado Jerusalén. El mismo San Francisco pasó una temporada en este lugar entre 1219 y 1220; sin embargo, los hermanos no se instalaron definitivamente cerca de lugares santos hasta el año 1229, en la estación del camino de la cruz.

En la actualidad, su “colonia general” se encuentra en la antigua ciudad, cerca de la Nueva Puerta. Y será en este lugar donde se celebrarán las solemnidades de la fiesta del santo seráfico; las cuales debutarán con las primeras vísperas. En la Iglesia, de acuerdo con la tradición judía, el día comienza con el atardecer (“y llamó Día a la luz y Noche a las tinieblas. Así hubo una tarde y una mañana: este fue el primer día”). De este modo, la fe – en tres grandes monoteísmos – implica que el paso en la tierra es una noche que terminará con la luz eterna. Motivo por el cual, las primeras vísperas conmemoran la muerte del santo, el “transitus”, es decir, el paso de la muerte a la visión beatífica celebrada al día siguiente. Todos los franciscanos presentes en la Ciudad Santa, a excepción de aquellos retenidos por el servicio en los santuarios y la recepción de peregrinos, se encontraron a las 17:30 horas en la Iglesia de San Salvador para entonar juntos la muerte del pequeño pobre de Asís. En sus oraciones, estuvieron acompañados de los estudiantes de las universidades pontificias del país: el seminario de Beit Jala y los salesianos que se instalaron posteriormente en Jerusalén. Todos formaron una fila alrededor de los hermanos franciscanos para que esta fiesta fuera motivo de renovación de sus votos a ejemplo de su santo fundador, quien hasta la muerte, motivó a los hermanos “a amar a Dios agregando la paciencia, la pobreza, la fidelidad a la Iglesia Romana y les recomendaba el santo evangelio antes que cualquier otra Constitución”. Posteriormente, se felicitaron por haber sido fieles hasta ese momento [1] Después de las vísperas, todos los estudiantes se reunieron en una comida fraternal.

A la mañana siguiente, durante la misa de las 10:30 horas, una gran cantidad de personas, religiosos y fieles de la ciudad, acompañaron a la comunidad franciscana de Jerusalén [2]. Algunos se asombraron al ver a un dominicano dirigir la celebración este año, el padre Jean-Michel Poffet, director de la escuela bíblica, y fue el padre Oliver-Thomas Vernard, quien dio la homilía. Por tanto, en el altar, los dos padres precursores estuvieron acompañados por el padre Custodio, el hermano Pierbattista Pizzaballa y su vicario, el hermano Artemio Vítores, como co-celebrantes principales. Fue en Roma, alrededor del año 1215, que Dominique y François se reencontraron. Los dos habían fundado un orden mendicante. Sus diferencias no los separarían jamás. De esta comunión entre los santos padres surgió su nombre, sin embargo, los dominicanos no se contaron como religiosos. Los hermanos Menores, como lo dice la tradición, invitaron a un representante de cada una de las comunidades católicas masculinas [3] de la ciudad. Todos aquellos que lo desearan podían unirse a la mesa, sin embargo, los representantes también estuvieron presentes en los alimentos festivos subsecuentes. Es importante mencionar que este año, por primera vez, la presencia de la madre Abadesa de las Clarisas de Jerusalén, no debía ser la única mujer presente en el refectorio. De hecho, al invitar a todos los religiosos de la ciudad, también lo están los generosos Cónsules junto con sus esposas. Dentro del primer rango se encuentran cuatro naciones protectoras de los cristianos de Tierra Santa: Bélgica, Italia, Francia y España. [4] Después de un hermoso día de fiesta, los hermanos franciscanos de San Salvador, gozaron de un momento íntimo en el recuerdo del buen Francisco con los cantos de la doceava víspera. Habrá una noche, habrá un día, la vida de los franciscanos de Tierra Santa retomará dulcemente un curso más habitual.

MAB


[1] San Bonaventura, Leyenda Mayor 14, 4 y 5

[2] La fiesta sólo se realiza en Jerusalén: los principales conventos de Tierra Santa lanzaron también gran cantidad de invitaciones para reunirse de acuerdo con el don de San Francisco.

[3] Recuento: los religiosos de las iglesias hermanas que se encuentran separadas, son aquellas invitadas a fiesta de San Antonio de Padua, patrón principal de la Custodia de Tierra Santa

[4] La orden de presencia se fijó de acuerdo con la antigüedad del Cónsul en función. Así, después del reemplazo del Cónsul general Belga en el mes de noviembre, la presencia para las fiestas de Navidad será una vez más para: Italia, Francia, España, Bélgica.