En la iglesia de San Salvador se celebró la solemnidad de la Virgen del Pilar, patrona de España y de la Guardia Civil. La celebración fue presidida por el Vicario Custodio, frey Ulise Zarza, con la participación de frailes, religiosos, representantes diplomáticos españoles y fieles de las comunidades de lengua española presentes en Tierra Santa.
Como es tradición, asistió a la misa el Cónsul General de España en Jerusalén, José Javier Gutiérrez Blanco-Navarrete, acompañado de su esposa Rebekah Kosinski. También estuvieron presentes miembros del cuerpo diplomático y representantes de la Guardia Civil española, de la cual la Virgen del Pilar es patrona y protectora. El cónsul fue recibido en la puerta de la iglesia y recibió en sus manos el agua bendita.
La misa quiso renovar el profundo lazo de fe que une a España y la Custodia de Tierra Santa, subrayando la dimensión espiritual e histórica de una relación que atraviesa los siglos.
Desde la Edad Media, España ha ofrecido un apoyo decisivo a la presencia de los Frailes Menores en los Lugares Santos. Reyes, benefactores y comunidades religiosas españolas han contribuido a la protección de los santuarios y al mantenimiento de las actividades de la Custodia, considerándola parte integrante de su identidad cristiana.
Este vínculo se ha expresado de muchas formas, desde la presencia de frailes españoles en los conventos de Tierra Santa, hasta el apoyo material y diplomático para garantizar la conservación de los lugares de la fe. Hoy también, España continúa colaborando con la Custodia a través de proyectos de apoyo e intercambios culturales que fortalecen un lazo vivo y fecundo.
En la homilía, frey Ulise recordó el profundo significado del título de "Virgen del Pilar", que presenta a María como columna de la fe, sostén de la Iglesia y signo de esperanza para los creyentes.
La tradición narra que la Virgen se apareció al apóstol Santiago para animarlo en su misión evangelizadora, ofreciéndole un pilar como signo de fuerza y estabilidad.
"María," recordó frey Zarza, "es bienaventurada no solo por haber llevado a Cristo en su seno, sino por haber acogido la Palabra de Dios con fe y haberla vivido con perseverancia y amor. En su confianza, la Iglesia encuentra sostén en los momentos de dificultad."
La fiesta de la Virgen del Pilar es también ocasión para renovar la amistad entre España y la Custodia de Tierra Santa. A lo largo de los siglos, esta colaboración ha permitido custodiar lugares de gran valor espiritual, como Belén, el Santo Sepulcro y la Tumba de María, y mantener viva la presencia cristiana en los lugares de la Encarnación.
Francesco Guaraldi