«La más alta expresión del corazón del hombre»: santa misa de Navidad 2011 dedicada a don Luigi Giussani | Custodia Terrae Sanctae

«La más alta expresión del corazón del hombre»: santa misa de Navidad 2011 dedicada a don Luigi Giussani

22 de diciembre de 2011

La historia de cada Navidad en Tierra Santa es especial y fascinante. Fray Armando Pierucci, director del Instituto Magníficat (la escuela de música de la Custodia franciscana en Jerusalén), es ciertamente uno de los protagonistas de esta maravillosa historia que cada año se renueva. Además de sus 25 años de actividad en estos Santos Lugares, de componer y arreglar bellísimas melodías, de realizar una preciosa labor de conservación y valorización del patrimonio de música sacra y popular de la tradición árabe cristiana local, es desde hace tiempo también el preciado autor de la música, nueva cada año y apreciada como siempre, de la santa misa que se celebra solemnemente durante la Nochebuena en la iglesia franciscana de Santa Catalina, adyacente a la Basílica de la Natividad en Belén. Una misa que está en el centro de interés del mundo entero y que palpita en el corazón de todos los cristianos allí donde se encuentren en esta santa noche en la que Dios ha entrado al mundo.

La santa misa que fray Armando ha compuesto para este año con ocasión de la Navidad está dedicada a don Luigi Giussani (15 de octubre de 1922- 22 de febrero de 2005), fundador del conocido movimiento católico de Comunión y Liberación (CL). Don Luigi, a través de su obra educativa en el seminario, en las escuelas y en la Universidad, supo dar un impulso extraordinario a la vida y misión del cristiano de nuestro tiempo, culminándolo con la creación y las actividades de CL, y demostró siempre una gran pasión por la música y el canto, pasión que le transmitió su padre desde su más tierna edad. Música y canto, por tanto, constituyen uno de los aspectos esenciales del movimiento inspirado por don Giussani porque, como él gustaba de repetir, «el canto es la más alta expresión del corazón del hombre», «la caridad más grande de todas porque el canto hace visible y cercano el misterio». Con gran cuidado, don Giussani procuró transmitir a sus jóvenes el conocimiento y amor por la música, enseñándoles los clásicos de la devotio moderna, los cantos solistas, populares y polifónicos de los siglos XIV y XV, además de la gran tradición de la música clásica y de muchos otros géneros. La práctica de la escucha y comentario de los textos musicales y de los cantos ha permanecido de esta forma como fundamento de la vida del movimiento porque, decía don Giussani, «no existe servicio a la comunidad semejante al canto».

A causa de esta especial sensibilidad de don Giussani por la música, de su dedicación a la educación musical de los jóvenes, de su conciencia de que la música y el canto son caminos privilegiados de expresión para la persona, como sugiere Giacomo Leopardi en el canto A Silvia: «Resonaban las calmas / Estancias, y las calles vecinas / Con tu canto inagotable», fray Armando Pierucci ha querido dedicar la santa misa escrita para la Navidad de 2011 a esta gran personalidad cristiana de nuestro tiempo. La misa, compuesta para coro masculino, femenino y orquesta, será interpretada en Belén por el coro Magníficat y el coro Jasmine, de los jóvenes alumnos de la escuela de la Custodia, a los que se unirá el coro de Santa Ángela de Budapest. En la solemne celebración estará también presente el Primer Ministro húngaro, cuya mujer es la directora del coro invitado. También está prevista la participación de la asamblea en los momentos líricos más importantes, como el Kyrie, el Gloria, el Aleluya, el Sanctus y el Agnus Dei, a través de pequeñas melodías propuestas por el coro y que la asamblea estará invitada a repetir. Celebrándose también en este año el segundo centenario del nacimiento de Franz Liszt (1811-1886), compositor, pianista, organista y director de orquesta húngaro, durante la misa se interpretará en su honor uno de sus Ave María. El acompañamiento orquestal lo llevará a cabo la orquesta de la Academia de la Ópera de Milán, una prestigiosa formación muy dedicada al campo de la música sacra, en colaboración, desde hace poco, con la Fundación Rusa para las Iniciativas Sociales y Culturales y que, sumándose al proyecto Non nobis de la Custodia de Tierra Santa, ha participado ya en el servicio musical de la santa Misa de la Medianoche en la Basílica de Santa Catalina en Belén el año 2010, acompañando a los coros del Magníficat en la ejecución de la misa de S. Jacobi, compuesta también para la ocasión por fray Armando Pierucci, además de ofrecer algún otro concierto en Tierra Santa. «También para la misa dedicada a don Giussani –nos dice fray Armando- pensé precisamente en la presencia de una orquesta y por ello, a pesar de los límites de la sobriedad litúrgica, he querido desarrollar la parte orquestal».

Un precioso tesoro este de las misas polifónicas para la Navidad que añaden valor a la larga tradición de la Custodia franciscana de promover iniciativas culturales de alto nivel capaces de inserirse y armonizarse en el particular contexto de la Tierra Santa, teniendo en cuenta los recursos y el patrimonio cultural que ya existen y trabajando de forma activa y competente para hacer crecer en las personas el conocimiento de este legado, para educar en la conciencia y el conocimiento de la belleza y del infinito, para desarrollar y potenciar los talentos. «La música y el canto –sigue diciendo fray Armando- son una parte fundamental de nuestra historia y de nuestra cultura. Si no cantamos, eso significa que no tenemos identidad y que el mundo social y cultural al que pertenecemos en realidad no existe». Pues, como recuerda el papa Benedicto XVI, el futuro está en la cultura, en todo aquello que se hace bien y no en la improvisación, en una formación seria y cuidadosa en lo que es auténtico, bello, bueno, abriendo a la persona a la búsqueda del sentido profundo de cada cosa.

Texto de Caterina Foppa Pedretti