«La fiesta de san Juan Bautista nos recuerda que nuestro bautismo no es cosa del pasado» | Custodia Terrae Sanctae

«La fiesta de san Juan Bautista nos recuerda que nuestro bautismo no es cosa del pasado»

Para la hermosa asamblea de franciscanos de la Custodia y de laicos presentes en Ain Karem, reunidos para celebrar el nacimiento de san Juan Bautista, la homilía ha tenido un color especial. Cincuenta personas han llegado en autobús desde Jerusalén para recrearse en este oasis asociado a la vida de san Juan Bautista durante las dos celebraciones que se han desarrollado en dos sitios distintos.

Según la tradición, la primera se ha celebrado durante la tarde del lunes en el yermo de San Juan del Desierto, un monasterio en la ladera de la colina adonde el santo se retiró como eremita. Tras el oficio de las vísperas y la procesión a la gruta bajo el hermoso sol del ocaso, el padre Franciszek Wiater, uno de los dos frailes franciscanos del convento, ha subrayado el papel del Precursor en la venida de Cristo: «San Juan Bautista estaba cerca del Señor. Celebrar su fiesta es prepararse para seguir el camino del Mesías y anunciar a todos que el Señor viene». Para la decena de religiosa de Emaús que han venido para la ocasión, la fiesta de San Juan Bautista es un eco de su bautismo: «Rezar en este lugar de silencio y de paz una vez al año es una auténtica fuente de alegría para vivir nuestra vida en Cristo». Mientras que las voluntarias recién llegadas de Hispanoamérica recordaban entre ellas el fervor popular de las hogueras de la festividad de San Juan en sus respectivos países, el monje benedictino Bernard María, huésped del monasterio e iconógrafo, ha evocado la importancia del silencio «para vivir el desierto como Juan Bautista». Este momento de compartir ha servido también de ocasión a todos y cada uno de encontrarse con Cristo celebrando a uno de sus mensajeros más radiantes.

La mañana siguiente, martes 24 de junio, ha sido en el corazón del pequeño pueblo de Ain Karem, en el convento de San Juan Bautista in montana, donde los frailes de la Custodia se han reunido para celebrar la misa solemne del día. En una iglesia abarrotada, honrada con la presencia del vicecónsul de España y de su mujer, la homilía ha destacado el lugar de Juan Bautista en el anuncio evangélico. Juan Bautista es más que un profeta porque él se encontró con Cristo en la humildad del bautismo. Con él se cierra el tiempo de los profetas, porque el Verbo se hizo carne en Jesús. Durante la celebración la asamblea ha tenido ocasión de rezar por la paz en la región y por los frailes franciscanos de Tierra Santa.

Al terminar la eucaristía, los franciscanos y la asamblea se han acercado en procesión a la gruta en la que, según la tradición, nació san Juan Bautista. La fiesta ha concluido con un refresco en los jardines del convento y con un almuerzo comunitario.

V.G.