La fiesta de la Visitación en Ein Karem | Custodia Terrae Sanctae

La fiesta de la Visitación en Ein Karem

La fiesta de la Visitación conmemora la visita de la Virgen María a su prima Isabel, tras recibir la noticia de que iba a ser la madre de Jesús por obra del Espíritu Santo. En el pueblo de Ein Karem, a las afueras de Jerusalén, donde según la tradición tuvo lugar este episodio del Evangelio, los frailes de la Custodia celebraron una misa solemne el lunes 1 de junio.

La visita de la Virgen María a Isabel se situó por primera vez en un lugar distinto del de la Natividad de San Juan a comienzos del siglo XIV, pero los franciscanos de Tierra Santa no adquirieron su propiedad hasta 1679 y más tarde encargaron al arquitecto Antonio Barluzzi construir un santuario entre 1938 y 1955.

Ya en 1263 la Orden franciscana celebraba la solemnidad de la Visitación, que fue extendida a toda la Iglesia en 1389 por el papa Urbano VI. Este año, la misa con motivo de la fiesta fue presidida por el Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton, en presencia del vicario custodial, fray Dobromir Jasztal y de algunos otros frailes y religiosos de Ein Karem.

En la homilía, el Custodio de Tierra Santa quiso resumir el mensaje de la solemnidad, a partir de un elemento inusual: los pies de María. “Los pies de María son los pies de quien evangeliza, de quien se pone rápidamente en camino para venir de Nazaret hasta aquí, a Ein Karem, para compartir la alegría de la maternidad y la alegría de la salvación que está cerca – explicó fray Patton –. Al pensar en María, que corre a Ein Karem para visitar a su prima Isabel, me vinieron a la mente las palabras del profeta Isaías: ”Qué hermosos son sobre los montes | los pies del mensajero que proclama la paz, | que anuncia la buena noticia, | que pregona la justicia, | que dice a Sión: «¡Tu Dios reina!» (Is 52,7)”. A partir de ahí, el Custodio interpeló a los presentes: “Nosotros estamos llamados a evangelizar, es nuestra vocación cristiana y franciscana. ¿Cómo son nuestros pies?  ¿Saben moverse deprisa o son pies lentos y perezosos, tal vez parados en un lugar del que no queremos movernos en absoluto?” (aquí la homilía completa).

Después de la misa, los frailes de la Custodia se dirigieron en procesión desde la iglesia superior hasta la cripta de la Visitación, donde se leyó el correspondiente pasaje evangélico.

“Este año hemos celebrado sin tantos fieles como en años pasados, pero no sin solemnidad – afirmó fray Nicolás Márquez-Gutiérrez, guardián del convento de la Visitación –. Lo hemos hecho con mucha fe, en la sencillez del lugar, aunque no haya una comunidad cristiana aquí en Ein Karem.  El santuario de la Visitación nos habla de una alegría existencial, ontológica, de la parte más profunda de la persona, representada por el vientre de Isabel y el vientre de María Santísima.  Una la alegría en la que hay un encuentro con aquel que puede dar sentido al sufrimiento y la muerte. En este momento tan particular, recordamos la visita de Jesús a su pueblo y a María, portadora de esta salvación”.

 

 

Beatrice Guarrera