La Fiesta de la Dedicación del Santo Sepulcro | Custodia Terrae Sanctae

La Fiesta de la Dedicación del Santo Sepulcro

Hoy celebramos la importancia de la Basílica del Santo Sepulcro como centro del mundo y de la vida, porque precisamente a partir de la muerte de Cristo en el Calvario y su Resurrección del Santo Sepulcro ha venido la vida".

Con estas palabras el sacerdote Artemio Vitores, Vicario de la Custodia de Tierra Santa, comenzó la homilía frente al nicho del Santo Sepulcro de Jerusalén en la solemnidad de la Dedicación de la Basílica el viernes 15 de julio. En el 50º aniversario de la Conquista de Jerusalén los cruzados festejaron el evento, inaugurando la nueva basílica completamente restaurada: era el 15 de julio de 1149.

El obispo Fulcherio mandó esculpir en la puerta principal una inscripción en latín para la memoria futura: "Este santo lugar -- ponía el escrito -- ha sido santificado por la Sangre de Cristo, por eso nuestra consagración no añade nada a su santidad".
Desde aquí partieron todas las vías del mundo, las de las catedrales, de las predicaciones, de las misiones, porque la misión es ésta: vayan a todo el mundo y anuncien esto que acaban de ver y oír. ¿Qué cosa vieron? Que Jesús no está aquí, ha resucitado, vayan y anúncienlo. Este es el sentido fundamental.

Participaron en la liturgia diversos sacerdotes, religiosos y peregrinos. El altar estaba preparado para la ocasión en el atrio del nicho del Sepulcro, en la llamada "Capilla del Ángel", en donde concelebraron los participantes junto con el padre Artemio.

Esta fiesta, tan vinculada a la presencia cruzada, nos recuerda hoy que permitió a los peregrinos cristianos, por más de un siglo, volver sin peligro para visitar los lugares santos. También hoy, los peregrinos pueden ir a Jerusalén con toda seguridad: aquí, de hecho, los eventos de la primavera árabe no tienen ningún tipo de influencia y de desorden social y después de algunas semanas, con un número de presencias inferiores a la norma, ahora los grupos de fieles vuelven para llenar las calles de la Ciudad Santa.