La Custodia se despide de un amigo: el padre Pierre Grech | Custodia Terrae Sanctae

La Custodia se despide de un amigo: el padre Pierre Grech

“Usted es la única persona que lee las Acta Custodiæ por completo”. El padre Pierre Grech se alegraba al citar esta frase que le había dicho sonriendo el Custodio de Tierra Santa, fra Pierbattista Pizzaballa. “También soy lector asiduo de Frati della Corda”, añadió él.

Secretario general de la Asamblea de Ordinarios católicos de Tierra Santa, Secretario de la Conferencia de Obispos latinos de los países árabes, Secretario de la Comisión de Peregrinos, Asesor general de la unión de los religiosos, miembro de la Comisión para las relaciones bilaterales entre la Santa Sede y el Estado de Israel, el padre Pierre Grech ha elegido poner fin a todas estas actividades en Tierra Santa después de más de 30 años de misión al servicio de la Iglesia local. Volvió a Israel hace 21 años, y durante los años 60 fue rector del Seminario patriarcal de Beit Jala. Se marcha a Lourdes, Francia, junto a su comunidad religiosa de los Padres de Betharram, y allí será capellán en una comunidad religiosa.

El lunes, 7 de abril de 2008, en el Centro Notre Dame, la Asamblea de Ordinarios católicos de Tierra Santa, de la que forma parte el Custodio, estaba al completo, acompañada del Nuncio Apostólico Mons. Antonio Franco, para rendirle homenaje y expresarle su gratitud.

El recibimiento en honor del padre Grech se ha caracterizado por la emoción, pero también por el sentido del humor de todos, a imagen del padre Grech que no tenía igual para desdramatizar todas las situaciones y enseñar a sus interlocutores a ver siempre más allá. Así, después de recibir del Nuncio la cruz Pro Ecclesia et Pontifice, uno de los más altos honores otorgados por el Papa, el Patriarca Mons. Michel Sabbah, en sus palabras de agradecimiento, bromeaba diciendo: “Jesús pasó haciendo el bien, él ha pasado haciendo el bien. Jesús volvió a su Padre, él vuelve a Lourdes”. A su vez Mons. Elias Chakour, que vino con una importante delegación de sacerdotes de Galilea, dijo: “Si alguien quisiera una dirección, alguna información sobre una congregación religiosa, sobre algún sacerdote, o incluso sobre algún Obispo, no se habría dirigido al Patriarca sino al P. Grech. Él se ha convertido en una enciclopedia viva de la Iglesia. Cuando se hablaba con él se descubría que era profundamente un hombre de Dios, además de ser el hombre de las informaciones”.

Mientras Mons. Chakour saludaba al sucesor del padre Grech, el Nuncio le ha corregido. Mons. Chakour, al micrófono, ha añadido: “Vaya, empiezan las dificultades. El Nuncio me dice que no habrá uno sino que serán tres los sucesores”.

A su vez, el padre Grech, emocionado, agradecía a todas las personas presentes diciendo: “Si la Iglesia de Jerusalén tiene una característica es la de vivir el Evangelio todos juntos”.

Una última invitación a la unidad por parte de este maltés nacido en Egipto, de madre italiana, con pasaporte británico que cambió por uno francés cuando entro en los Padres de Betharram. El padre Grech siempre ha querido estar presente junto a todos y al servicio de todos. No le gustaban los focos pero siempre ha sabido tender puentes, además de engrasar los engranajes de la Iglesia de Tierra Santa.

Al día siguiente el padre Grech ha comido con la comunidad franciscana de San Salvador donde, como gesto de amistad, el padre Custodio le ha entregado la medalla Grato animo.

Con la marcha del padre Grech la Iglesia de Tierra Santa pierde en este contexto uno de sus más discretos y eficaces servidores, y la Custodia, un amigo.

MAB