La Custodia celebra la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe | Custodia Terrae Sanctae

La Custodia celebra la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe

El sábado 12 de diciembre, la comunidad hispanoamericana de Jerusalén se ha reunido en la iglesia de San Salvador para celebrar la festividad de Nuestra Señora de Guadalupe, santa patrona de México y emperatriz desde América a las islas Filipinas, donde goza de una importante devoción.
La Virgen se apareció en el monte Tepeyac, en México, al azteca Juan Diego, canonizado en 2002 por el papa Juan Pablo II. La Virgen realizó su primer milagro el 12 de diciembre de 1531, después de varias apariciones. Envió a Juan Diego al obispo para que le pidiera que le construyera una iglesia. El prelado quería un signo y la Virgen hizo aparecer su imagen en el manto del amerindio. La actual basílica del santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en México fue inaugurada en 1976.
La misa, celebrada en español, ha estado presidida por el padre custodio, fray Pierbattista Pizzaballa. El coro y los músicos, reunidos para la ocasión, la han animado con alegría. En su homilía, el vicario conventual, el argentino fray Marcelo Cichinelli, ha subrayado el papel de la Virgen en la evangelización de México: «Las apariciones de María a Juan Diego son el punto de partida de la acción evangelizadora en toda América, así como Tierra Santa lo fue en relación a la difusión de la Buena Nueva [...]. Sus apariciones han ayudado a los hombres del Nuevo Mundo a adquirir la dignidad de hijos de Dios, adhiriéndose a la fe en Jesucristo». Después ha añadido que hoy, Nuestra Señora de Guadalupe nos puede enseñar, en este inicio del Año de la Misericordia, a abandonar los ídolos que nos influyen en nuestras decisiones cotidianas: dinero, individualismo, sumisión del prójimo e imposición de nuestras propias ideas, falta de caridad, difamación, etc.
Tras la misa, una procesión con música ha llevado a la asamblea al recibidor de la Curia del convento de San Salvador, donde el custodio ha colocado el icono de la Virgen mestiza. Después de la bendición solemne, el buffet de platos mexicanos, preparados por los religiosos y religiosas, ha hecho las delicias de los presentes. «¡Esto es lo bonito de esta fiesta! -sonríe fray Óscar Parra, seminarista franciscano mexicano-. La Virgen nos reúne a todos por su Hijo en una sola Iglesia fraterna. Todos los años la celebramos juntos y, todos los años, la fiesta se vive de forma distinta, porque las personas, presentes y ausentes, llevan sus dones y sus riquezas». La Morenita es una Virgen del Adviento, está encinta cuando se aparece a Juan Diego, en la alegre espera de su hijo, «el único y verdadero Dios por el cual vivimos». Su fiesta prepara nuestro camino hacia la Navidad.

H.M.