
Domingo 1 de junio, en la iglesia de San Salvador en Jerusalén, la Custodia de Tierra Santa celebró la Santa Misa con motivo de la Fiesta de la República Italiana, que se conmemora cada año el 2 de junio. La liturgia, ya convertida en una cita tradicional, fue presidida por el Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton.
Este homenaje, ofrecido por la Custodia, se extiende también a tres naciones de antigua tradición católica: Francia, España y Bélgica, en reconocimiento a su cercanía y apoyo, tanto histórico como actual, a las comunidades cristianas en Tierra Santa.

En su homilía, fray Francesco Patton recordó las palabras del papa Juan XXIII contenidas en la encíclica Pacem in Terris, publicada hace 62 años:
“La convivencia entre los seres humanos no puede ser ordenada y fecunda si no está presente una autoridad que asegure el orden y contribuya suficientemente a la realización del bien común”.
Estuvieron presentes en la celebración el Cónsul General de Italia en Jerusalén, Domenico Bellato, el Vicecónsul General Alessandro Tutino, la Cónsul Camilla Romeo, junto a otros miembros del cuerpo diplomático civil y militar italiano.

El Custodio profundizó luego en el significado de la autoridad secular desde la perspectiva cristiana, recordando que, si está orientada al bien común, es un valor que debe ser reconocido y sostenido:
“La autoridad secular y el poder político siempre han tenido el profundo significado de garantizar una convivencia ordenada y fecunda entre las personas, y siempre han tenido como horizonte la realización del bien común”.
Recordando los Hechos de los Apóstoles, fray Patton subrayó cómo también en el Nuevo Testamento se respeta la autoridad, pero no se idolatra:
“En el Nuevo Testamento, son Pedro y Juan quienes reivindican la libertad de conciencia y de palabra, y desafían las disposiciones del Sanedrín que prohibían predicar que Jesús ha resucitado”.
La homilía concluyó con una invitación a la comunión, fundamento del bien común:
“Desde la perspectiva de la Pascua y de la acción del Espíritu Santo, las diferencias no conducen al conflicto, sino a la comunión”.

Al finalizar la misa, el órgano entonó el himno nacional italiano, seguido de un momento de convivencia en el vestíbulo de la Curia. Frailes, miembros de las representaciones diplomáticas italianas y fieles presentes en la celebración compartieron un tiempo de fraternidad y encuentro, reforzando los lazos de amistad y apoyo que unen a Italia con Tierra Santa.
Lucia Borgato

