La comunidad india de Tierra Santa continúa su camino de preparación para la Navidad acompañada por su capellán, el padre Jaya ofm, con la ayuda de fray Regi Mathew ofm. Esta vez la comunidad ha fijado su cita en el Campo de los Pastores de Beit Sahur.
Se espera a que lleguen todos para comenzar la peregrinación. No es fácil para los distintos grupos repartidos por toda la Tierra Santa llegar en el mismo momento y a la misma hora. Pero la espera forma parte del Adviento, tiempo de gracia que nos prepara para recibir el don.
Los fieles que van llegando visitan las grutas de los alrededores y después, poco a poco, se reúnen en oración en el precioso santuario {Gloria in Excelsis}, que se alza en el centro del {Campo de los Pastores}, santuario diseñado por Barluzzi, al que la Custodia de Tierra Santa recuerda estos días en el quincuagésimo aniversario de su muerte.
El padre Jaya propone un primer momento de reflexión en el interior del santuario, luego la comunidad entera se dirige a la Basílica de la Natividad de Belén y en este recorrido, que fue el camino de los pastores, se subraya la importancia de no esperar la Navidad inmóviles sino caminando a su encuentro, así como somos, con nuestras familias, con nuestra humanidad, con nuestras alegrías y nuestras dificultades.
Una comunidad de más de setecientas personas recorre la estrecha y zigzagueante carretera que conduce del Campo de los Pastores a la Plaza del Pesebre de Belén, mientras se cantan himnos bajo las banderas de Tierra Santa, del Vaticano y de la India.
La policía palestina permite con su organización el desarrollo de la procesión sin dificultades.
En la Basílica de la Natividad, esperando a los peregrinos, está Su Beatitud Mons. Fuad Twal, Patriarca latino de Jerusalén, que bendice a toda la comunidad, particularmente a dos recién nacidos con sus familias. En el saludo a los fieles indios, el Patriarca expresa su admiración por la fe que demuestran y por el valor de participar con los niños en la peregrinación. Su reflexión se centra, sobre todo, en las dificultades que padeció la Sagrada Familia y que son las mismas que las de muchas familias presentes en la Basílica y en el mundo, y cómo la Navidad es sobre todo esperanza, y la presencia de esta comunidad cristiana en Belén hoy es un signo concreto de ella.
La santa misa que concluye la peregrinación se celebra en lengua konkani por el padre Praveen Dsovza ofm, que desde hace tiempo compaña al padre Jaya en la comunidad india de Jaffa. La iglesia de Santa Catalina a duras penas consigue acoger a tantas personas. Al concluir la eucaristía el padre Stefano ofm, guardián del convento de Santa Catalina, saluda también a los fieles.
Tras una visita a la Gruta de la Leche todos los grupos vuelven a sus hogares, esperando la noche santa que, después de esta jornada, tendrá seguramente un significado nuevo para quien se ha puesto en camino con alegría para salir al encuentro de Jesús que viene.
Marco Gavasso
Se espera a que lleguen todos para comenzar la peregrinación. No es fácil para los distintos grupos repartidos por toda la Tierra Santa llegar en el mismo momento y a la misma hora. Pero la espera forma parte del Adviento, tiempo de gracia que nos prepara para recibir el don.
Los fieles que van llegando visitan las grutas de los alrededores y después, poco a poco, se reúnen en oración en el precioso santuario {Gloria in Excelsis}, que se alza en el centro del {Campo de los Pastores}, santuario diseñado por Barluzzi, al que la Custodia de Tierra Santa recuerda estos días en el quincuagésimo aniversario de su muerte.
El padre Jaya propone un primer momento de reflexión en el interior del santuario, luego la comunidad entera se dirige a la Basílica de la Natividad de Belén y en este recorrido, que fue el camino de los pastores, se subraya la importancia de no esperar la Navidad inmóviles sino caminando a su encuentro, así como somos, con nuestras familias, con nuestra humanidad, con nuestras alegrías y nuestras dificultades.
Una comunidad de más de setecientas personas recorre la estrecha y zigzagueante carretera que conduce del Campo de los Pastores a la Plaza del Pesebre de Belén, mientras se cantan himnos bajo las banderas de Tierra Santa, del Vaticano y de la India.
La policía palestina permite con su organización el desarrollo de la procesión sin dificultades.
En la Basílica de la Natividad, esperando a los peregrinos, está Su Beatitud Mons. Fuad Twal, Patriarca latino de Jerusalén, que bendice a toda la comunidad, particularmente a dos recién nacidos con sus familias. En el saludo a los fieles indios, el Patriarca expresa su admiración por la fe que demuestran y por el valor de participar con los niños en la peregrinación. Su reflexión se centra, sobre todo, en las dificultades que padeció la Sagrada Familia y que son las mismas que las de muchas familias presentes en la Basílica y en el mundo, y cómo la Navidad es sobre todo esperanza, y la presencia de esta comunidad cristiana en Belén hoy es un signo concreto de ella.
La santa misa que concluye la peregrinación se celebra en lengua konkani por el padre Praveen Dsovza ofm, que desde hace tiempo compaña al padre Jaya en la comunidad india de Jaffa. La iglesia de Santa Catalina a duras penas consigue acoger a tantas personas. Al concluir la eucaristía el padre Stefano ofm, guardián del convento de Santa Catalina, saluda también a los fieles.
Tras una visita a la Gruta de la Leche todos los grupos vuelven a sus hogares, esperando la noche santa que, después de esta jornada, tendrá seguramente un significado nuevo para quien se ha puesto en camino con alegría para salir al encuentro de Jesús que viene.
Marco Gavasso