Jueves Santo: “Y ahora, queridísimos hijos, rezad por vuestros sacerdotes” | Custodia Terrae Sanctae

Jueves Santo: “Y ahora, queridísimos hijos, rezad por vuestros sacerdotes”

“Y ahora, queridísimos hijos, rezad por vuestros sacerdotes”… El patriarca, Mons. Fouad Twal, que ha presidido la misa en el Santo Sepulcro este Jueves Santos 1 de abril de 2010, ha pronunciado estas palabras tras haber invitado a los sacerdotes presentes a renovar sus promesas sacerdotales.

En la basílica de la Resurrección hoy son cerca de doscientos los sacerdotes, de todos los continentes, de todos los estilos, de todas las corrientes de la Iglesia, de muy distintas comunidades religiosas, antiguas o modernas. Se trata para ellos de un día de fiesta, de su fiesta, porque se celebra la institución de la Eucaristía, a pesar de que en los últimos meses el espíritu festivo haya ido decayendo debido a los muchos escándalos que han surgido y que a muchos ha afectado profundamente.

“Y ahora, queridísimos hijos, rezad por vuestros sacerdotes”… En las calles de la Ciudad Vieja, la tarde anterior, me cruzo con uno de ellos. Me aconseja que escriba un artículo en el que se invite a rezar por los sacerdotes: “Ellos reciben insultos, son escupidos, atacados, incomprendidos por sus fieles, masacrados…”. En 2009 treinta sacerdotes fueron asesinados en todo el mundo.

Después de que el patriarca bendijera los santos óleos y tras la celebración eucarística, todos los sacerdotes han acompañado en procesión al Santísimo Sacramento hasta su repositorio en la Tumba vacía, en donde será adorado durante toda la tarde y la noche. La procesión da tres vueltas en torno al edículo y los fieles presentes ven pasar a todos estos sacerdotes, envidiándoles por un momento. “Y ahora, queridísimos hijos, rezad por vuestros sacerdotes”…

Todo el jueves santo recuerda la figura del sacerdote y su papel. Hoy, el patriarca se ha arrodillado para lavar los pies a los seminaristas franciscanos y del Patriarcado. Lo mismo ha hecho el Custodio en dos ocasiones: primero, en el Cenáculo, a los niños, y después en la parroquia, donde ha presidido la misa.

La jornada ha terminado finalmente con el encuentro con Jesús en Getsemaní, donde Él rezó al Padre para que alejara de Él ese cáliz… “Pero, no se haga mi voluntad, sino la tuya”.

“¡Cuánto miedo da ser sacerdote!”, había exclamado un día el santo cura de Ars, nombrado patrono de todos los sacerdotes del mundo por el papa Benedicto XVI. También Jesús tuvo miedo. “Y ahora, queridísimos hijos, rezad por vuestros sacerdotes”…

Por la noche, en San Pedro en Gallicanto, se medita sobre la traición de Pedro, sobre nuestras traiciones, de todos nosotros, sin excluir a nadie… La Tierra Santa es el quinto evangelio, y todos los evangelios concluyen con la Resurrección.

Mab