El sábado 12 de julio, el Terra Sancta Museum de Jerusalén (sección arqueológica) abrió sus puertas a familias y estudiantes para una tarde de descubrimiento, creatividad y convivencia. El evento, promovido por la asociación Pro Terra Sancta en colaboración con la Unión Europea en el marco del proyecto “Terra Sancta Museum: Heritage Education Hub for Palestinian Youth”, fue concebido para acercar a la comunidad local al patrimonio histórico y artístico custodiado por los frailes franciscanos dentro del museo.
El programa incluyó una visita teatralizada por las salas del museo y talleres artísticos dedicados a la exploración creativa de la historia y la cultura del propio territorio, involucrando a niños, jóvenes y padres.

Un proyecto para construir lazos entre comunidad y patrimonio
«Nuestro principal objetivo – explicó Morgane Afnaim, directora del proyecto – es acercar a la comunidad palestina de Jerusalén a este espacio, que conserva la colección arqueológica de los frailes franciscanos». El proyecto, que ha entrado en su segunda fase tras cuatro años de actividad, busca desarrollar programas educativos y culturales para niños, escuelas y familias, colaborando con museos, centros de investigación y universidades.
«Como Pro Terra Sancta – añadió – trabajamos estrechamente con la Custodia de Tierra Santa desde 2002. Juntos queremos abrir los espacios franciscanos a la comunidad local también a través del conocimiento del patrimonio histórico y artístico. De este modo, también aspiramos a tender puentes entre la larga tradición arqueológica franciscana y la población».

Educación, arte e identidad
Nisreen Tahan, comunicadora visual y educadora dentro del proyecto, también destacó el valor educativo e identitario de la iniciativa: «Este proyecto nos ayuda a presentar el museo de formas distintas, más accesibles y cercanas a la cultura de la comunidad de Jerusalén Este, especialmente para los jóvenes y las familias. Para mí es muy importante poder trabajar con mi comunidad en un contexto tan difícil como el que vivimos actualmente».
A través del arte y la historia, el proyecto busca crear un lenguaje educativo nuevo, enraizado en la cultura local pero abierto a la innovación. «Trabajar con niños – concluye Nisreen – utilizando herramientas artísticas significa dejar una huella más duradera. Esperamos que esto abra para ellos nuevas posibilidades de expresión y de conciencia sobre su historia y tradición».

El museo como un espacio vivo
La jornada de puertas abiertas fue un ejemplo concreto de cómo el patrimonio cultural puede convertirse en una ocasión de diálogo, formación y comunidad. Gracias a la colaboración entre Pro Terra Sancta y la Custodia de Tierra Santa, el museo se confirma no solo como un lugar de conservación, sino como un espacio vivo, capaz de contar el patrimonio histórico y cultural de una manera nueva, a partir de los rostros y las voces de quienes hoy habitan la ciudad.
Lucia Borgato












































