Jesús llora por la «Ciudad Santa» : peregrinación al santuario del Dominus flevit | Custodia Terrae Sanctae

Jesús llora por la «Ciudad Santa» : peregrinación al santuario del Dominus flevit

2013/02/27

Jerusalén, iglesia del Dominus Flevit. 27 de febrero de 2013

El miércoles 27 de febrero de 2013, a última hora de la tarde, se ha celebrado la peregrinación de Cuaresma de los franciscanos al santuario del Dominus Flevit, «el Señor llora». En el monte de los Olivos, el santuario con forma de gota de agua conmemora las lágrimas de Jesús por la Ciudad Santa. El Evangelio de Lucas (19, 41-44) narra el episodio: «a la vista de la ciudad, se puso a llorar». Este pasaje evangélico se produce cuando Jesús entró en Jerusalén, aclamado como Mesías, el día de Ramos.

Fray Marcelo Cichinelli, que ha presidido la misa, ha explicado este texto del Evangelio. A posteriori, el texto se puede interpretar como un anuncio de la destrucción de Jerusalén, y especialmente del Templo, por mano de los romanos. De hecho, Jesús dijo: «[Tus enemigos] no dejarán piedra sobre piedra, porque no has reconocido el tiempo en el que has sido visitada». Pero en el texto se puede también identificar a Jerusalén con la Iglesia; así, este episodio es también una llamada a la conversión para los cristianos. Este es el sentido de esta peregrinación cuaresmal: «un ejercicio espiritual de preparación para la Pascua», afirma fray Marcelo.

La capilla, construida por Antonio Barluzzi en 1955 sobre los restos de un santuario bizantino del que aún se conservan los mosaicos del siglo VII, presenta una vidriera detrás del altar. Numerosos religiosos y religiosas de distintas congregaciones de Tierra Santa se han unido a la celebración con los frailes, los cristianos locales y un pequeño grupo de peregrinos. A través de la vidriera, quien asiste a la misa puede hacerse una idea de la vista que tuvo Jesús cuando lloraba, incluso si la ciudad ha cambiado bastante.

La liturgia cuaresmal prevé la celebración de una misa solemne cantada en la iglesia del Dominus Flevit, precedida por la recitación de la oración de vísperas. Es la herencia de una larga tradición. Este año, dada la actualidad, se ha rezado especialmente por el papa y por el cónclave.

Las peregrinaciones de Cuaresma de los franciscanos continuarán todas las semanas con visitas a los distintos santuarios. La semana próxima le tocará el turno a Getsemaní.

D.C.