Jaffa: Los jóvenes de la parroquia ayudan a construir dos casas en Filipinas | Custodia Terrae Sanctae

Jaffa: Los jóvenes de la parroquia ayudan a construir dos casas en Filipinas

Como cada año, a finales de noviembre, el gran salón del convento de Jaffa se transforma completamente para acoger al mercadillo navideño. Este año permanecerá abierto desde el 28 de noviembre hasta el 7 de diciembre. Es un servicio que se ofrece a la población, cristiana o no, para que pueda así conseguir los distintos ornamentos y objetos navideños como nacimientos, velas, estrellas, árboles, etc.

Los beneficios se dividirán después en dos partes: la primera se dedicará a subvencionar parte de las actividades de la escuela dominical, y la segunda se enviará a Roma y se pondrá a disposición, junto con todos los donativos que llegan de las comunidades cristianas de todo el mundo, de la Pontificia Obra de la Infancia Misionera, cuyo fin es socorrer a las necesidades de los niños de las Iglesias más pobres.

¿Cómo surgió esta actividad?

Esta es la historia:

Hace años que en la parroquia de Jaffa existe un grupo juvenil, los Animadores de la escuela dominical, fundado en 1989 por fray Abdel Masih, y apoyado por el párroco siguente, fray Ibrahim Najib. Los jóvenes que forman parte de este grupo son muchachos de los últimos cursos del bachillerato, y frecuentan el colegio de secundaria de Tierra Santa.

En todos estos años han ayudado, y continúan ayudando, a los niños cristianos de Jaffa: los latinos (es decir, los romanos católicos), los melquitas, maronitas, coptos, ortodoxos y protestantes. La misión que desarrollan es la de la catequesis y otras actividades sociales para los chavales, que se realizan sobre todo el domingo y en el período de las vacaciones estivales, organizando campos escuela que generalmente resultan un éxito.

Desde el año 2000, como director nacional de las Obras Misionales Pontificias y después, desde el año 2001, como párroco de Jaffa, he intentado extender el horizonte de estos jóvenes poniendo a alguno de ellos en contacto con Roma, a través de las distintas reuniones misioneras realizadas por la Infancia Misionera en Italia y en otras partes de Europa. Mi objetivo era dirigir las enormes potencialidades de los elementos de la Iglesia de Oriente Medio hacia una acción misionera que, para mí como para el resto de la Iglesia, consiste en salir del gueto de la propia parroquia, de la propia comunidad religiosa-social, la así llamada taifa en lengua árabe, para mirar al horizonte de las misiones universales, en el significado genuino de testimonio, porque el cristiano es testigo de Jesús delante de todo el mundo, ejercitando sobre todo el servicio de la caridad. Esta idea es parte integrante de las enseñanzas de san Francisco.

Todo ello, con la sincera convicción de que nuestros cristianos, sobre todo los jóvenes, ricos por su experiencia histórica como iglesia de Tierra Santa, tienen algo que decir al mundo entero. Este grupo de Jaffa es un grupo de jóvenes que ha roto las barreras de la taifa, a través del servicio y el ejercicio de la caridad dirigido sobre todo a los niños de todas las iglesias cristianas de Tierra Santa, que se encuentran en peor situación que ellos. Después, el salto de apertura, a través de la Infancia misionera, al mundo entero.

Estos jóvenes han madurado su experiencia de Jesús, que se ha convertido realmente en su amigo y parte fundamental de su vida. En el curso de estos años han sacado adelante algunos proyectos, como:
1. Suráfrica: adquisición de camas para un hospital infantil.
2. Liberia: Material y mobiliario escolar para niños rescatados de la guerra.
3. Belén: adquisición de audífonos para sordomudos.
4. Filipinas: construcción de una casa para una familia pobre en Filipinas.


Menciono con especial cariño el último proyecto que realmente me ha sorprendido: la preparación y venta del calendario 2009. Los beneficios servirán para construir una segunda casa para otra familia pobre en Filipinas, a través del proyecto de ayuda Gawad Kalinga, del grupo de oración Couples for Christ (Parejas para Cristo), presente en la parroquia de Jaffa. La primera casa se entregó en 2007. Este es un signo de amor, no sólo hacia las familias de Filipinas, es decir, una ayuda entregada a personas realmente pobres, sino también un acercamiento a Jesús entre la comunidad filipina de Jaffa, compuesta por miles de personas, trabajadores extranjeros, y la comunidad cristiana árabe, la iglesia madre. Ha sido un intento de comunión parroquial a través de un proyecto de compartir en la caridad. En Jesús, con Jesús y por Jesús se destruyen todas las barreras sociales y culturales existentes entre las distintas etnias.

Desde el año 2000 hasta hoy este grupo parroquial juvenil de Jaffa ha enviado a personas necesitadas de todo el mundo un total de 90.482 shekel (más o menos el equivalente a 23.200 dólares americanos). Y, en lo que yo sé, este un dato que se puede catalogar como raro y único, considerando nuestro contexto juvenil.

Doy gracias al Señor, al secretario de la Obra Pontificia de la Infancia Misionera, el P. Patrick, y a todos los amigos del secretariado de Roma por el apoyo fraterno dado a los trabajos de la Infancia Misionera de aquí, de Jaffa-Tel Aviv. Para mí ha sido una prueba de que los jóvenes pueden hacer milagros cuando consiguen ver a Jesús entre los pobres.

Paz y Bien, y feliz Navidad.

Fray Arturo Vasaturo ofm, Director OMP de Tierra Santa