Viernes, 25 de junio. En la escuela secundaria de Jaffa se ha efectuado la entrega de diplomas. La secretaría, las profesoras y profesores y los alumnos, todos han participado, cada uno según su papel, en la preparación de esta fiesta. Ha sido una carrera contra reloj para poder integrar la fiesta con las actividades normales de la escuela y los exámenes finales.
Fray Artemio Vítores, vicario custodial, ha presidido la entrega de los títulos. Además, nos han honrado con su presencia los hermanos fray Raffele Caputo, fray Abdel Masih, fray Simone Herro, fray Amjad Sabbara, fray Sebastiano Matti y fray Zaher Abboud, todos ellos frailes entregados al trabajo en las escuelas de la Custodia.
Los estudiantes iban entrando en el patio de la escuela acompañados de un ritmo musical, rayos láser y nubes de humo, como si fuera un moderno espectáculo de la televisión. Quinientos familiares de los chicos junto a un centenar de invitados, mientras tanto, batían sus palmas.
Los maestros han dado a conocer sus mensajes educativos en una lengua árabe perfecta, algo muy difícil para la gente de Jaffa, donde la lengua árabe ha absorbido muchísimas palabras del hebreo, reflejo de la situación socio-cultural en la que vive la población. También los estudiantes han demostrado gran virtuosismo tanto en el pequeño discurso en inglés como en el uso del árabe literal.
El ondear de la bandera (la de Tierra Santa), el canto del himno de la escuela y el juramento de los estudiantes “de ser fieles a la educación recibida y de testimoniarla con las obras y el trabajo futuros” han conmovido a todos. También han gustado mucho al público, que no dejaba de aplaudir con admiración, los cantos y las representaciones teatrales sobre la situación social de Jaffa.
Ha sido una fiesta de despedida de una escuela en la que han recibido la educación de base para su vida estos chicos que la han frecuentado durante doce años. Teniendo en cuenta la situación social de la población de Jaffa, estos jóvenes encuentran en la escuela el sentido de su propia pertenencia a una realidad rica de valores humanos y espirituales en la que poder identificarse. En esta escuela se han sentido acogidos, protegidos y, sobre todo, han encontrado personas que les han dedicado su tiempo para escucharles y ayudarles a crecer.
Esta fiesta es la única ocasión durante el año en la que los representantes del cuerpo docente, los estudiantes, los padres y el fraile director pueden exponer y explicar ante más de 600 personas el mensaje educativo de la escuela de Tierra Santa: Humanidad, fraternidad, respeto y visión del hombre como imagen de Dios, además de la posibilidad de un alto nivel de enseñanza. El mensaje es verdadero y sincero, y el público compuesto por familiares y amigos –formado en igual medida por musulmanes y cristianos- lo entiende.
Para mí la mayor alegría ha sido recibir el agradecimiento de tantos padres musulmanes. Y, como la guinda del pastel, la presentación por parte de algunas chicas musulmanas de sus jóvenes novios, aceptados por sus padres. El matrimonio llega rápido. La escuela resulta ser así también el lugar donde, como siempre, se pueden encontrar unos novios que luego sellarán su amor con el matrimonio. Algunos de los novios son, en efecto, ex alumnos de nuestra escuela. En suma, ayudamos a fomentar también buenas familias. También esto forma parte de la actividad de un franciscano en Tierra Santa.
Fray Arturo Vasaturo ofm
Director de la Escuela de Tierra Santa - Jaffa
Fray Artemio Vítores, vicario custodial, ha presidido la entrega de los títulos. Además, nos han honrado con su presencia los hermanos fray Raffele Caputo, fray Abdel Masih, fray Simone Herro, fray Amjad Sabbara, fray Sebastiano Matti y fray Zaher Abboud, todos ellos frailes entregados al trabajo en las escuelas de la Custodia.
Los estudiantes iban entrando en el patio de la escuela acompañados de un ritmo musical, rayos láser y nubes de humo, como si fuera un moderno espectáculo de la televisión. Quinientos familiares de los chicos junto a un centenar de invitados, mientras tanto, batían sus palmas.
Los maestros han dado a conocer sus mensajes educativos en una lengua árabe perfecta, algo muy difícil para la gente de Jaffa, donde la lengua árabe ha absorbido muchísimas palabras del hebreo, reflejo de la situación socio-cultural en la que vive la población. También los estudiantes han demostrado gran virtuosismo tanto en el pequeño discurso en inglés como en el uso del árabe literal.
El ondear de la bandera (la de Tierra Santa), el canto del himno de la escuela y el juramento de los estudiantes “de ser fieles a la educación recibida y de testimoniarla con las obras y el trabajo futuros” han conmovido a todos. También han gustado mucho al público, que no dejaba de aplaudir con admiración, los cantos y las representaciones teatrales sobre la situación social de Jaffa.
Ha sido una fiesta de despedida de una escuela en la que han recibido la educación de base para su vida estos chicos que la han frecuentado durante doce años. Teniendo en cuenta la situación social de la población de Jaffa, estos jóvenes encuentran en la escuela el sentido de su propia pertenencia a una realidad rica de valores humanos y espirituales en la que poder identificarse. En esta escuela se han sentido acogidos, protegidos y, sobre todo, han encontrado personas que les han dedicado su tiempo para escucharles y ayudarles a crecer.
Esta fiesta es la única ocasión durante el año en la que los representantes del cuerpo docente, los estudiantes, los padres y el fraile director pueden exponer y explicar ante más de 600 personas el mensaje educativo de la escuela de Tierra Santa: Humanidad, fraternidad, respeto y visión del hombre como imagen de Dios, además de la posibilidad de un alto nivel de enseñanza. El mensaje es verdadero y sincero, y el público compuesto por familiares y amigos –formado en igual medida por musulmanes y cristianos- lo entiende.
Para mí la mayor alegría ha sido recibir el agradecimiento de tantos padres musulmanes. Y, como la guinda del pastel, la presentación por parte de algunas chicas musulmanas de sus jóvenes novios, aceptados por sus padres. El matrimonio llega rápido. La escuela resulta ser así también el lugar donde, como siempre, se pueden encontrar unos novios que luego sellarán su amor con el matrimonio. Algunos de los novios son, en efecto, ex alumnos de nuestra escuela. En suma, ayudamos a fomentar también buenas familias. También esto forma parte de la actividad de un franciscano en Tierra Santa.
Fray Arturo Vasaturo ofm
Director de la Escuela de Tierra Santa - Jaffa