Inaugurada la Semana Grande en Jerusalén con la festividad del Domingo de Ramos | Custodia Terrae Sanctae

Inaugurada la Semana Grande en Jerusalén con la festividad del Domingo de Ramos

La hora tan temprana de la celebración de este año no ha desanimado a los numerosos peregrinos que han participado en la bendición y las misas de Ramos que han tenido lugar esta mañana en el Santo Sepulcro.

A las 6.30, el patriarca latino de Jerusalén, Su Beatitud Mons. Fuad Twal, precedido por los franciscanos de la Custodia de Tierra Santa y los seminaristas del Patriarcado, ha hecho su ingreso solemne en la basílica, donde le esperaba, en la piedra de la Unción, el superior franciscano, fray Fergus Clarke.

Este horario matutino ha permitido a la asamblea asistir a la bendición de las Palmas ante la Tumba vacía, seguida por la procesión al canto de «Hosanna al Hijo de David». Después de los tres giros en torno al edículo, la asamblea se ha dirigido hacia el altar de la aparición a María Magdalena para dejar el espacio alrededor de la Tumba a las confesiones cristianas ortodoxas que, según el calendario juliano, celebran hoy el primer domingo de Cuaresma. Así, ante el estupor de los peregrinos que estaban presentes, el canto de la Pasión –cantado en latín por tres frailes franciscanos- ha estado en parte tapado por las campanas armenias y, después, acompañado del canto de los coptos. A pesar de eso, gracias a los folletos litúrgicos distribuidos en gran número, el numeroso grupo de sacerdotes y fieles han podido seguir atentamente el acto y recogerse en el momento de la celebración de la misa.

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Por la tarde, miles de peregrinos -35.000 según la policía- se han reunido en la ladera del Monte de los Olivos para vivir la tradicional procesión de Ramos que conmemora la entrada mesiánica de Jesús en la Ciudad Santa.

En la semana del 25 de marzo al 1 de abril, el ministro israelí de Turismo estima en más de 150.000 el número de peregrinos que llegarán al país para asistir a las celebraciones de la Semana Santa. Mañana, 25 de marzo, comienza también la Pascua judía, la fiesta de peregrinación más importante del año.

La procesión de Ramos comenzó a las 14.30 en el santuario franciscano de Betfagé. El patriarca latino ha estado rodeado por el nuncio apostólico, diversos obispos y ordinarios de Tierra Santa, el custodio de Tierra Santa y los cónsules generales de las naciones protectoras de los Santos Lugares, a los que se han unido otros diplomáticos.

«¡No seáis ya hombres y mujeres tristes! El cristiano no debe serlo», es lo que ha dicho el papa Francisco esta mañana en Roma durante su homilía en la plaza de San Pedro; un mensaje recibido en Jerusalén, a juzgar por el desfile, lleno de colores, de los fieles venidos del mundo entero que han danzado, cantado y reído.

Una vez en Santa Ana, lugar de llegada de la procesión, Su Beatitud Mons. Twal se ha dirigido a la numerosa asamblea «venida de toda Palestina e Israel, así como del mundo entero». «Estamos aquí como discípulos; no queremos ser simples espectadores, sino que elegimos asumir nuestro papel y misión de llevar el mensaje nuevo de amor y de paz». «Jesús, Príncipe de la Paz, entra en Jerusalén, una ciudad que no ha conocido nunca la paz. Nuestra procesión no debe dar miedo, porque no hay soldados, ni carros, sino solo creyentes que tienen en sus manos ramos de olivo y palmas, símbolos de paz y de alegría». «Jesús quiere ser acompañado por creyentes y fieles que amen la paz y la justicia». «Simplicidad, humildad, paz y alegría son el signo de nuestro rechazo a la violencia. Todos juntos seguiremos rezando por la paz en Tierra Santa».

La alegría de la jornada se ha prolongado con el desfile de los grupos de exploradores de todas las confesiones cristianas a lo largo de los muros de la Ciudad Vieja, entre la Puerta de los Leones y la Puerta Nueva.