Las Religiosas de San José de la Aparición han acogido en un ambiente de sencillez y familiaridad a los hermanos franciscanos, a las autoridades españolas y a un nutrido grupo de allegados para inaugurar los nuevos locales de la Escuela Femenina de Tierra Santa en Jerusalén, situada cerca de la Puerta de Jafa.
Las Escuelas de Tierra Santa (desde 1518) son las primeras escuelas creadas en este país y la Escuela Femenina ha continuado con ese primado: fue creada en 1841, anticipándose en veinte años a la primera escuela femenina hebrea y en cincuenta a la primera musulmana.
Al subrayar la importancia y la necesidad de que haya escuelas, “también” para las niñas, el Vicario Custodial Fr. Artemio Vítores, ha recordado la apertura, el interés, el empeño y la dedicación con las que los franciscanos, en su plurisecular apostolado con los habitantes de Tierra Santa, han cuidado siempre este aspecto educativo. Insistió en “los habitantes”, pues, todas las Escuelas (franciscanas) de Tierra Santa siempre han estado abiertas a todos, cuando en algunas poblaciones los cristianos eran la mayoría de la población.
Y continúan siendo un importante punto de referencia para la educación y la erudición de los jóvenes, lugar de diálogo, de respeto, de mutuo conocimiento, en un tiempo en el que los niños de familias musulmanas suponen la mayoría de los alumnos.
Las obras de ampliación de la Escuela y el desarrollo de algunas de las actividades didácticas, han sido posibles gracias a la ayuda recibida de la “Agencia Española para la Cooperación Internacional” y la, también española, “Fundación para la Promoción Social y la Cultura”.
La Hermana Directora tuvo unas palabras de agradecimiento e invitó a visitar y conocer los nuevos locales.
En uno de ellos -preparado para escuela de danza- un buen grupo de niñas rindió homenaje a los invitados ofreciéndoles una bella exhibición de danza. Un vídeo mostró a los presentes el estado de los locales antes de iniciarse las obras. Hace algunos años, en este lugar, llamado sector de Raquel, había unas casas de la Custodia de Tierra Santa, habitadas por familias cristianas.
La necesidad de adecuar los locales de la escuela a las nuevas exigencias y la necesidad de sanear esta parte del sector que se sitúa en frente de la piscina del Sultán, ha supuesto la mudanza de las familias a otras viviendas de la Custodia.
Así se pudieron emprender los grandes trabajos de saneamiento y adecuación de los nuevos locales al uso didáctico. Un trabajo bien realizado y útil, sobre todo, para favorecer la plena valorización de la educación femenina, recurso determinante para el futuro de este país.
Un refrigerio en ambiente familiar ha posibilitado el poder felicitarse por tan importante logro, por la solidaridad con la promoción social de esta Tierra, por el proyecto digno y apropiado, en su sobriedad, llevado a buen fin gracias a España, cuyo Cónsul estaba presente.
Una obra que pone a la escuela en el primer plano, para que el conocimiento y la cultura, promuevan el logro de la emancipación y autonomía y la conquista de la capacidad de asumir responsablemente proyectos de libertad con la esperanza de un futuro mejor.
IB
Las Escuelas de Tierra Santa (desde 1518) son las primeras escuelas creadas en este país y la Escuela Femenina ha continuado con ese primado: fue creada en 1841, anticipándose en veinte años a la primera escuela femenina hebrea y en cincuenta a la primera musulmana.
Al subrayar la importancia y la necesidad de que haya escuelas, “también” para las niñas, el Vicario Custodial Fr. Artemio Vítores, ha recordado la apertura, el interés, el empeño y la dedicación con las que los franciscanos, en su plurisecular apostolado con los habitantes de Tierra Santa, han cuidado siempre este aspecto educativo. Insistió en “los habitantes”, pues, todas las Escuelas (franciscanas) de Tierra Santa siempre han estado abiertas a todos, cuando en algunas poblaciones los cristianos eran la mayoría de la población.
Y continúan siendo un importante punto de referencia para la educación y la erudición de los jóvenes, lugar de diálogo, de respeto, de mutuo conocimiento, en un tiempo en el que los niños de familias musulmanas suponen la mayoría de los alumnos.
Las obras de ampliación de la Escuela y el desarrollo de algunas de las actividades didácticas, han sido posibles gracias a la ayuda recibida de la “Agencia Española para la Cooperación Internacional” y la, también española, “Fundación para la Promoción Social y la Cultura”.
La Hermana Directora tuvo unas palabras de agradecimiento e invitó a visitar y conocer los nuevos locales.
En uno de ellos -preparado para escuela de danza- un buen grupo de niñas rindió homenaje a los invitados ofreciéndoles una bella exhibición de danza. Un vídeo mostró a los presentes el estado de los locales antes de iniciarse las obras. Hace algunos años, en este lugar, llamado sector de Raquel, había unas casas de la Custodia de Tierra Santa, habitadas por familias cristianas.
La necesidad de adecuar los locales de la escuela a las nuevas exigencias y la necesidad de sanear esta parte del sector que se sitúa en frente de la piscina del Sultán, ha supuesto la mudanza de las familias a otras viviendas de la Custodia.
Así se pudieron emprender los grandes trabajos de saneamiento y adecuación de los nuevos locales al uso didáctico. Un trabajo bien realizado y útil, sobre todo, para favorecer la plena valorización de la educación femenina, recurso determinante para el futuro de este país.
Un refrigerio en ambiente familiar ha posibilitado el poder felicitarse por tan importante logro, por la solidaridad con la promoción social de esta Tierra, por el proyecto digno y apropiado, en su sobriedad, llevado a buen fin gracias a España, cuyo Cónsul estaba presente.
Una obra que pone a la escuela en el primer plano, para que el conocimiento y la cultura, promuevan el logro de la emancipación y autonomía y la conquista de la capacidad de asumir responsablemente proyectos de libertad con la esperanza de un futuro mejor.
IB