Homenaje a fray Michele Piccirillo en el Centro Sueco de Estudios Cristianos de Jerusalén | Custodia Terrae Sanctae

Homenaje a fray Michele Piccirillo en el Centro Sueco de Estudios Cristianos de Jerusalén

El jueves 19 de noviembre, en el Centro Sueco de Estudios Cristianos (SCSC) se han reunido “los hermanos en Cristo, en el estudio y en la amistad” de fray Michele Piccirillo, según la hermosa expresión de una de las participantes, Claudine Dauphin, para rendirle homenaje en el primer aniversario de su retorno al Creador.

Parecía como que todos los invitados habían respondido con un “presente”, porque la sala de conferencias del Centro no podía acoger más personas de las que había. En la asamblea estaban, además de los franciscanos venidos en representación del Studium Biblicum Franciscanum, otros religiosos católicos y también greco-ortodoxos, armenios, protestantes…

Ha sido un encuentro que se inscribe en la misma naturaleza del Centro de estudios, que quiere ser un lugar de reencuentro para todos los cristianos de Tierra Santa sobre la base de aquello que les hace hermanos: su patrimonio común.

Fray Michele Piccirillo había animado al Centro a conservar su ubicación en la Ciudad Santa y hasta allí se había acercado numerosas veces para compartir su pasión por la Tierra Santa y el conocimiento de las peregrinaciones, con motivo de distintas conferencias sobre estos temas, como ha recordado el director del Centro, Sune Fahlgren, en su discurso de apertura.

Antes de las dos conferencias que iban a recorrer toda su vida y obra, Georg Hintlian, historiador armenio de Jerusalén y coorganizador de este evento, ha rendido un vibrante homenaje a su amigo, a “su” fray Michele. A su discurso ha seguido el de Claudio Bottini, decano del Studium Biblicum Franciscanum, que ha hablado sobre la génesis de su vocación y el amor por la Tierra Santa.

Claudine Dauphin, profesora honoraria de arqueología y teología en la Universidad de Lampeter en Gales, en la primera conferencia ha hablado de la integridad de fray Michel. Si sus colaboradores científicos habían hablado sólo del arqueólogo, no del religioso, la profesora Dauphin ha hecho al contrario. Ha mostrado cómo su naturaleza de fraile franciscano se reflejaba en su trabajo de arqueólogo, especialista en mosaicos bizantinos de Oriente Medio. De hecho, en este arte está encerrada toda una teología de la creación, una teología del todo franciscana por su amor y exaltación de la naturaleza. Para Claudine Dauphin, fray Michele hacía de su trabajo su vida en cuanto que en los mosaicos se trazaba toda la historia de la Salvación.

En la segunda conferencia, Basema Hamarneh, profesora de arqueología de la Universidad de Enna y colaboradora de fray Michele en las excavaciones de Umm ar-Rasas, de Madaba y del Monte Nebo, ha recorrido toda su obra. Escuchando la enumeración de todos los trabajos realizados por el padre Piccirillo se preguntaba cómo pudo leer, escribir, excavar, ayudar, escuchar, imaginar, proyectar, colaborar, participar, exponer, compartir, soñar, desarrollar, suscitar, promover, sugerir, contribuir, animar, guiar, acompañar, iniciar, reír, rezar, amar…¡y todo con humildad y devoción!, como nos recuerda la profesora Hamarneh.

Sin turbarse y aplicándose con celo –concluía el Custodio de Tierra Santa, fray Pierbattista Pizzaballa- ha trabajado con sus propias manos, siguiendo la invitación de san Francisco.

El Custodio ha recordado que “el amor por la cultura y la dedicación al trabajo manual no agotaban en él el anhelo religioso que le animaba a tomar parte de las celebraciones litúrgicas y a visitar como creyente los santuarios”. (…) “Nosotros, los franciscanos de Tierra Santa, le recordaremos por esto, pero sobre todo porque ha sido un buen hijo de san Francisco y un compañero y trabajador inagotable de peregrinación en la Jerusalén terrena, imagen de la Jerusalén celestial”. El homenaje a fray Michele Piccirillo ha continuado en el restaurante con la invitación del Centro sueco de Estudios Cristianos donde, aunque no ha podido participar, fray Michele seguramente se habrá alegrado de ver esta asamblea de amigos reencontrarse en su honor con alegría.

Mab