Hemos venido de Oriente para adorar al Rey de reyes | Custodia Terrae Sanctae

Hemos venido de Oriente para adorar al Rey de reyes

La Epifanía, primera manifestación de Cristo a la humanidad, vuelve puntual como cada año para poner punto final a las fiestas navideñas.
El 5 y el 6 de enero, Belén se ha vestido nuevamente de fiesta para conmemorar la visita de los reyes magos al pesebre.

El sábado por la mañana la fiesta comenzó con el ingreso solemne en Belén de fray Pierbattista Pizzaballa, custodio de Tierra Santa, acompañado de los frailes franciscanos y los parroquianos de Jerusalén. La primera parada del cortejo se realizó en el convento de San Elías, para el tradicional intercambio de saludos con los representantes de las autoridades israelíes, el alcalde de Beit Yala y la comunidad de fieles locales.

Atravesando el muro de separación, el cortejo ha continuado por las viejas calles de la ciudad hasta la Plaza de la Natividad y, esperado por las autoridades palestinas, numerosos frailes y los grupos de exploradores, se ha dirigido hasta la puerta de la basílica para recibir el saludo de los dos sacerdotes de la Iglesia ortodoxa y de la Iglesia armenia.
El custodio ha sido recibido por el guardián de la basílica, fray Stèphane Milovitch, para iniciar el ingreso solemne en Belén.

Por la tarde, tras la recitación cantada de las primeras vísperas y del oficio de lecturas, la procesión ha terminado en la Gruta de la Natividad para incensar la estrella y el pesebre.

El día 6, fiesta de la Epifanía, el custodio ha presidido la misa solemne de las 10.00 horas, concelebrada por el vicario custodial y el guardián de Belén junto con muchos frailes y sacerdotes y en presencia de la alcaldesa de Belén, la Sra. Vera Babún y los cónsules de los países europeos. La misa cantada ha estado animada por los coros de Jerusalén, Belén, Nazaret y un coro extranjero.
Durante la homilía, fray Marwan Daedes, párroco de Belén, ha puesto de relieve las diferencias entre las figuras de Herodes y los reyes magos. Los magos, personajes misterios venidos de Oriente para encontrar la verdad en el Rey de reyes y, encontrado, le adoraron… Herodes, ciego por el poder, lleva a cabo la masacre más grande recordada en la historia asesinando a todos los primogénitos masculinos nacidos en Belén y en todo su territorio.
Fray Marwan ha exhortado a los fieles a recorrer, como los magos, el camino para encontrar la verdad que Jesús nos ha dejado y que podemos hallar en su Palabra.
Tras la proclamación del Evangelio, un diácono ha leído en latín el calendario litúrgico de 2013. Al finalizar la misa, los presentes, reunidos en la sala parroquial, han expresado sus felicitaciones a la familia franciscana.

A las 15.30 se ha celebrado la recitación de las segundas vísperas y la procesión solemne a la Gruta de la Natividad para la presentación simbólica al Niño Rey de los regalos ofrecidos por los reyes magos: oro, incienso y mirra. Tras el rito de la incensación de la Gruta, fray Pierbattista ha expuesto la imagen del Niño Jesús, Príncipe de la paz, junto con su trono real.

Rodeado por toda la comunidad franciscana, muchos religiosos y religiosas y por una gran multitud de fieles congregados en estos días de fiesta para manifestar su devoción al Hijo de Dios manifestado al mundo, el custodio ha atravesado el claustro de la basílica para entrar en la iglesia de Santa Catalina, que ya estaba llena de los fieles que le esperaban.
Ante el altar mayor, la imagen real del Niño Jesús ha sido finalmente presentada para la adoración de los fieles reunidos, en este Santo Lugar, para manifestar su afecto y su propia fe al Niño Rey que, entrado en el mundo con absoluta humildad, cambió para siempre la historia del hombre.

Mientas que la Iglesia católica pone punto final con la Epifanía al período de las fiestas navideñas, las Iglesias ortodoxas las han comenzado hoy, por la mañana, con el ingreso solemne en Belén, en la plaza de la basílica según las reglas del Statu Quo. Las Iglesias ortodoxas, de hecho, celebrarán la Navidad el 7 de enero.