A Getsemaní para meditar la Pasión de Jesús | Custodia Terrae Sanctae

A Getsemaní para meditar la Pasión de Jesús

Miércoles Santo, la Custodia sigue su camino hacia el Triduo Pascual, dirigiendo sus pasos a Getsemaní para escuchar otra vez el canto de la Pasión.

Para recibir a los frailes, las campanas de la basílica han sonado sin cesar. Tras haber atravesado el Huerto de los Olivos y en la penumbra de la basílica, ante la piedra sobre la que se recuerda el tiempo de oración y angustia de Jesús pero también la entrega de su voluntad a la de su Padre, se ha celebrado la misa.

La eucaristía ha estado presidida por fray Marcelo Cichinelli, ceremoniero de la Custodia, junto con el vicario custodial, fray Artemio Vítores, el visitador canónico, fray Renato Beretta, y una treintena de sacerdotes, numerosos frailes franciscanos, así como una asamblea compuesta de centenares de personas, fieles locales y peregrinos. En el momento del canto de la Pasión según Lucas, tras la mención de la agonía de Jesús, el narrador se ha inclinado hacia la roca, que ha besado.

Poder recordar, durante la Semana Santa, los sucesos de la Pasión de Jesús precisamente en los lugares donde tuvo lugar es una gracia ligada a los Santos Lugares; una gracia que confiere a la oración una densidad especial. Este gesto de veneración de la roca, en el corazón del santuario, se ha realizado en silencio, también por parte de todos los fieles y peregrinos una vez finalizada la celebración.

Esta peregrinación a Getsemaní es tan importante que, el Jueves Santo, el momento especial de la jornada se reserva a la misa que conmemora la institución de la eucaristía, que se celebrará con el patriarca y numerosos sacerdotes en el Santo Sepulcro; después, por la tarde, con una peregrinación al Cenáculo. La tarde del Jueves Santo, la Iglesia de Jerusalén se dará cita nuevamente en Getsemaní para vivir la Hora Santa. Una Hora Santa que se retransmitirá en directo por varios canales de televisión cristianos, y se difundirá en directo por internet a las 21.00, hora de Jerusalén, gracias al Franciscan Media Center. Haz clic aquí para conectar en directo con **FMC Live**.

Al finalizar la celebración, los frailes de la Custodia se han dirigido en procesión hasta el Santo Sepulcro, donde les esperaba la fraternidad del santuario para asistir a otro momento litúrgico ante la Columna de la Flagelación colocada en el muro de la capilla del Santísimo Sacramento, situada en la Capilla de la Aparición. Tal veneración se remonta a una antigua tradición. Así, la peregrina Egeria, en el siglo IV, la menciona, pero en el Cenáculo. En el siglo XIV, los franciscanos trasladaron la columna al Santo Sepulcro, donde se veneraba todos los días durante la procesión cotidiana de la fraternidad.

Por la tarde, los frailes se dirigirán de nuevo al Santo Sepulcro para celebrar el oficio «de las Tinieblas». Después de los cuarenta días de Cuaresma, se prepararán para vivir el gran Triduo en espera gozosa de la Pascua.

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