Gaudet Mater Ecclesia: ordenaciones presbiterales y diaconales | Custodia Terrae Sanctae

Gaudet Mater Ecclesia: ordenaciones presbiterales y diaconales

El domingo 29 de junio, día de la solemnidad de los santos Pedro y Pablo, la Custodia ha recibido a numerosos visitantes por las ordenaciones diaconales y sacerdotales de nuevo frailes que, junto a sus familiares, se habían retirado el día anterior para disfrutar de un tiempo de oración, alabanza y meditación.
Mons. Lazzaroto, delegado apostólico, presidió la solemnidad dominical hablando de la alegría. «Aun no conociendo vuestros nombres, he intentado adivinar vuestros rostros y rezar por vosotros», ha dicho dirigiéndose a los frailes Hugo Castro (sacerdocio), Alberto Pari, Bernardo Moya, Filip Durdevic, Filiberto Dorantes, Israel Porras, Ulises Ramón, Mario Berumen y Tomasz Dubiel (diaconado). Después ha seguido, retomando la exhortación de apertura del Concilio Vaticano II: «Gaudet Mater Ecclesia» (Nuestra Madre la Iglesia se alegra).
En este día en el que estos frailes han culminado una etapa importante en su camino espiritual y humano, Mons. Lazzarotto ha puesto de manifiesto la gran alegría de la Iglesia, pero también la de los aspirantes, sacerdote y diáconos. «En vuestros rostros y en vuestros ojos se lee vuestra alegría personal, un don del Señor. A imagen de Pedro, vosotros proclamáis hoy, con alegría, que Jesús es Cristo; sentíos bendecidos de portar tal alegría. Que vuestra vida sea la expresión permanente de esta alegría. Sí, haced vivir la alegría de Dios en torno a vosotros y en vosotros», ha concluido el nuncio apostólico.
Los futuros diáconos recibieron posteriormente la estola y la dalmática, así como el evangelio; ahora tienen la misión y el deber de anunciarlo al mundo. Fray Hugo, sin embargo, ha recibido los hábitos sacerdotales, la patena y el cáliz para consagrar, desde ahora, el Cuerpo y la Sangre de Cristo para el pueblo de los creyentes. Fieles a la tradición católica, todos después de han prosternado en el suelo, como signo de humildad y de abandono a Dios, mientras se invocaba la bendición de los santos. Con las manos ungidas por el crisma, fray Hugo ha sido ordenado sacerdote por la imposición de las manos de los sacerdotes presentes.
Terminada la eucaristía, la ceremonia ha concluido con el Salve Regina y algunas palabras del maestro del seminario, fray Giovanni Loche: «Es una gran alegría para todos nosotros, aunque tengamos un poco de tristeza porque ha llegado ya el fin del año. Algunos de nuestros frailes seminaristas, de hecho, nos dejarán para volver a sus provincias después de algunos años transcurridos aquí. Eso siempre crea un vacío». Después ha invitado a la asamblea a reunirse de nuevo en la Curia para felicitar a los nuevos ordenados y compartir la alegría con un aperitivo. Y, en señal de amistad, numerosos abrazos, signos de afecto y sonrisas han invadido la Curia; una alegría fraterna, altruista y simple, franciscana al fin.
La fiesta continuó, a última hora de la tarde, con la celebración de las vísperas presididas por el nuevo sacerdote, fray Hugo, rodeado de los nuevos diáconos. Por la noche, la cena de la fiesta se ha celebrado en el patio de la Curia.
La Custodia de Tierra Santa quiere dar las gracias a todas las personas que han hecho posible y han preparado este hermoso día, y también a todos aquellos que han atravesado el mundo para estar presentes junto a sus frailes. Que, siguiendo el ejemplo de Pedro y Pablo que vieron cómo su vida era transformada por Jesús, puedan ser propagadores de la fe y piedras sólidas sobre las que el Padre puede seguir construyendo su Iglesia.
Fotografias : https://www.flickr.com/photos/ctsterrasanta/sets/72157645013208640/
E.R.