Fray Faltas celebra en Belén la solemnidad de los Santos Inocentes

Fray Faltas celebra en Belén la Solemnidad de los Santos Inocentes

Fr. Ibrahim Faltas, Vicar of the Custody of the Holy Land, incenses the altar of the Grotto of the Holy Innocents
Fr. Ibrahim Faltas, Vicar of the Custody of the Holy Land, incenses the altar of the Grotto of the Holy Innocents

El 28 de diciembre se celebró en Belén la Solemnidad de los Santos Inocentes, presidida por el vicario de la Custodia de Tierra Santa, fray Ibrahim Faltas, en presencia de la comunidad franciscana de Belén, fieles y religiosos locales.

La narración de la matanza de los inocentes está recogida en el evangelio según S. Mateo (2,16), sin paralelo en los demás evangelios canónicos: «Al verse burlado por los magos, Herodes montó en cólera y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores, calculando el tiempo por lo que había averiguado de los magos». En relación al relato presente en el libro del Éxodo, el evangelista presenta a Jesús como el nuevo Moisés. Igual que este último escapó de la violencia del faraón, así el Hijo de Dios se libró de la matanza encargada por Herodes gracias a un ángel enviado a José durante el sueño, en el que le ordenó huir a Egipto. La Sagrada Familia regresó a Judea solo tras la muerte de Herodes.

La fecha que venera a estos inocentes como mártires, arrancados a la vida poco después de que Cristo viniera al mundo, aparece ya en fuentes del siglo VI, pero fue elevada a la categoría de auténtica festividad por el papa Pío V, que la incluyó como otras fiestas después de Navidad en el Breviario Romano (1568) y en el Misal Romano (1570).

La Custodia de Tierra Santa conmemora este episodio bíblico en la ciudad de la masacre, en Belén. A pocos metros de la gruta de la Natividad se abre una pequeña gruta, identificada como una fosa común, donde la tradición sitúa la tumba de los Santos Inocentes y se recuerda la matanza.  Junto a ella, se encuentra la gruta de San José, el lugar donde el ángel le habría hablado en sueños para mandarle que huyera a Egipto: aquí, en el altar de San José, se celebró la misa.

Durante la homilía, el vicario de la Custodia de Tierra Santa quiso subrayar cómo «en la fiesta de los Santos Inocentes nuestro pensamiento se dirige a las muchas guerras que existen en el mundo actual, donde son precisamente los niños quienes sufren las consecuencias más duras». Fray Faltas pronunció palabras duras contra todas las situaciones en las que, debido a la inconsciencia de los hombres, aún asistimos al martirio de niños inocentes. «Quiero recordar el llanto desgarrador que todos hemos escuchado en los últimos días por la muerte de dos pequeños en Beit Sahour, dos santos inocentes, que murieron por la irresponsabilidad de los hombres. Solo el Señor podrá llevar consuelo a esta familia de nuestra ciudad; una masacre que tuvo lugar pocos días después de la fiesta de Navidad, igual que la matanza de los inocentes. Todo ello requiere una actitud y una respuesta personal y social».

Luego, el vicario continuó con la invitación a seguir el ejemplo de San José, «que nos ofrece un testimonio muy claro del tipo de respuesta decidida ante la llamada de Dios. En él nos sentimos identificados cuando tenemos que tomar decisiones en momentos difíciles de nuestra fe: Dios “nos hace salir de noche hacia Egipto”, es decir, nos invita a no tener miedo ante nuestra propia vida que con frecuencia se nos presenta como una noche oscura, difícil de iluminar».

Durante las celebraciones, los villancicos tradicionales “Adeste Fideles” y “Tu scendi dalle stelle” mantuvieron vivo el espíritu de la Navidad, apenas pasada, recordando aquí el nacimiento de Jesús. El deseo final de las palabras de fray Faltas fue que hagamos que «la luz nueva, clara y fuerte de Dios, hecho niño, llene nuestras vidas y fortalezca nuestra fe, nuestra esperanza y nuestra caridad».

Silvia Giuliano