La comunidad franciscana de San Salvador, en Jerusalén, ha celebrado este domingo la misa en presencia del nuevo Cónsul general de Bélgica, su excelencia Gerard Cockx, acompañado de su mujer y algunos compatriotas suyos.
La misa, presidida por fray Stéphane Milovitch acompañado por el Vicario custodial, fray Artemio Vítores, se ha celebrado en honor, según el calendario litúrgico, de san Alberto Magno, doctor de la iglesia. Esta fecha es la que Bélgica eligió, en 1866, para celebrar la fiesta de sus monarcas.
El padre Bouwen, de la comunidad de los Padres Misioneros de África (padre blancos), meditando el ejemplo de san Alberto, ha invitado a la asamblea a reflexionar sobre lo que podría ser el ejercicio del poder: un modo de inspirarse en el tesoro del patrimonio como forma de influir en nuestro pensamiento y en nuestra acción frente a las nuevas realidades. Alberto Magno supo releer a Aristóteles y a Platón, confrontándolos con los pensadores de su tiempo, judíos y musulmanes. Así, supo extraer cosas nuevas de las antiguas, como dice el evangelio de la fiesta (Mt 13, 47-52).
Al finalizar la celebración la asamblea se ha vuelto a encontrar en el salón de San Salvador donde ha podido disfrutar de un refresco, antes de subir al ático del convento para disfrutar desde allí de la vista que éste ofrece de la ciudad vieja de Jerusalén.
MAB
La misa, presidida por fray Stéphane Milovitch acompañado por el Vicario custodial, fray Artemio Vítores, se ha celebrado en honor, según el calendario litúrgico, de san Alberto Magno, doctor de la iglesia. Esta fecha es la que Bélgica eligió, en 1866, para celebrar la fiesta de sus monarcas.
El padre Bouwen, de la comunidad de los Padres Misioneros de África (padre blancos), meditando el ejemplo de san Alberto, ha invitado a la asamblea a reflexionar sobre lo que podría ser el ejercicio del poder: un modo de inspirarse en el tesoro del patrimonio como forma de influir en nuestro pensamiento y en nuestra acción frente a las nuevas realidades. Alberto Magno supo releer a Aristóteles y a Platón, confrontándolos con los pensadores de su tiempo, judíos y musulmanes. Así, supo extraer cosas nuevas de las antiguas, como dice el evangelio de la fiesta (Mt 13, 47-52).
Al finalizar la celebración la asamblea se ha vuelto a encontrar en el salón de San Salvador donde ha podido disfrutar de un refresco, antes de subir al ático del convento para disfrutar desde allí de la vista que éste ofrece de la ciudad vieja de Jerusalén.
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