Fiesta en Nazaret: nuevos diáconos y nuevos sacerdotes de la Custodia de Tierra Santa | Custodia Terrae Sanctae

Fiesta en Nazaret: nuevos diáconos y nuevos sacerdotes de la Custodia de Tierra Santa

La sonrisa en sus rostros hablaba de alegría. Vestidos de emoción e inquietud, catorce frailes de la Custodia de Tierra Santa entraban en la iglesia, a la espera de un momento con el que soñaban desde hace años y que quizá, sin la ayuda de Dios, jamás habrían creído posible. En la basílica de la Anunciación en Nazaret se reunieron cientos de personas procedentes de todo el mundo para asistir a la ordenación diaconal y sacerdotal de los frailes franciscanos de la Custodia. Las ordenaciones, que normalmente tienen lugar en Jerusalén el día de San Pedro y San Pablo, este año se han celebrado en Nazaret el día siguiente, 30 de junio. Entre los ordenados, dos nuevos sacerdotes, fray Ayman Charbel Bathish (de Nazaret) y fray Oscar Emanuel Parra Alvarado (mejicano), y doce nuevos diáconos, procedentes de diferentes partes del mundo, desde México al Congo.

La misa fue presidida por monseñor Pierbattista Pizzaballa, administrador apostólico del Patriarcado Latino de Jerusalén, en presencia de varios obispos del Patriarcado y del Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton.
Precisamente del episodio de la Anunciación trató la homilía de monseñor Pizzaballa. “La pregunta que María hace al ángel, cuando intuye que le será dado un hijo de Dios, es una pregunta fundamental para cada uno de nosotros: ¿cómo es posible que suceda lo que estás anunciando? – decía el obispo -. Dentro de esa pregunta está el sentido que domina la vida, está la conciencia de que estamos llamados a algo más grande, que no podemos alcanzar solos”. De esta forma, monseñor Pizzaballa continuaba explicando que María supo ser humilde, porque la “verdadera humildad es reconocer que todo es don”.

Dirigiéndose a los frailes ordenados, les recomendaba: “Queridos hermanos, aprended a reconocer el don que se os ha concedido, que es más grande que vosotros y que no os pertenece. Sabed también que en esta elección la única garantía es la fidelidad de Dios”. En primera fila, al pie del altar, se sentaban todos los hermanos que, después de años de alegrías y luchas, llegaban al momento de su ordenación. Monseñor Pizzaballa les advertía de que no se preocuparan por el placer a toda costa, y de que el sacerdocio no debe ser deseo de prestigio ni poder, sino “de salvar”. “El sacerdote se pierde a sí mismo, se entrega a sí mismo a los demás”, explicaba.

Después, llegó el momento de las promesas de los doce diáconos y los dos sacerdotes, y de la imposición de manos. Delante de familiares y amigos, cada uno pronunció con emoción su “Sí, quiero”. Cada uno con sus miedos, sus fracasos, sus deseos, pero con la fuerza de Dios que obra milagros. A continuación, los recién ordenados se postraron en tierra durante la invocación de la intercesión de los santos para pedirles ayuda en su misión. Los frailes de la Custodia de Tierra Santa recibieron con emoción a los nuevos diáconos y sacerdotes, abrazándoles uno a uno en el altar.
Al final de la misa el Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton, felicitó a los ordenados y agradeció a todos su asistencia. Palabras de agradecimiento pronunció también fray Ayman, en representación de todos los frailes ordenados: gracias a Dios en primer lugar, gracias a la familia por el regalo de la vida, gracias a todos los que compartieron su alegría.


Los ordenados
Sacerdotes
Fr. Ayman Charbel Bathish
Fr. Oscar Emanuel Parra Alvarado

Diáconos
Fr. Alonso Hernández Parra
Fr. Anselme Kpakpo
Fr. Carlos Adrián López Ramos
Fr. Clovis Luis Bettinelli
Fr. Eduardo Masseo Gutiérrez J.
Fr. Giscard Sikama Ouambi
Fr. Jesús Emmanuel Farías R.
Fr. José de Jesús Alcaraz Valle
Fr. José Manuel Ávila García
Fr. Joseph Kamwashi Samba
Fr. Josip Ivkić
Fr. Michael Muhindo Kyamakya