Con ocasión de la fiesta por la independencia de la República de Chile, se ha celebrado una misa solemne en la iglesia parroquial de San Salvador de Jerusalén, en la mañana del 17 de septiembre. Es una cita importante que se repite anualmente y que, en la mente de todos los presentes, ha recordado la gran fiesta que se celebró el año pasado por el bicentenario del nacimiento de la República chilena.
La celebración solemne ha estado presidida por fray Sergio Olmedo Flores, sacerdote franciscano de la Custodia de Tierra Santa y asistente espiritual de la comunidad chilena presente en Israel. En la celebración han participado personalidades diplomáticas, civiles y militares, tanto de Chile como de otros países de Hispanoamérica, entre ellos, el embajador chileno ante Israel, el Sr. Joaquín Montes Larraín, y ante la Autoridad Nacional Palestina, el Sr. Jorge Ossa Arangua, con sus respectivas consortes. Entre los miembros de la comunidad chilena había dos jóvenes que vestían los alegres y elegantes trajes tradicionales de su país de origen.
Los momentos más solemnes de la liturgia han estado acompañados por una virtuosa ejecución al órgano de fray Armando Pierucci, director del Instituto Magníficat, la escuela de música de la Custodia de Tierra Santa, y de la flautista inglesa, Stella Turner.
En su homilía, fray Sergio ha hablado de san Francisco de Asís que, precisamente el 17 de septiembre de 1224, recibió el don de los estigmas sobre el monte de La Verna. San Francisco, con una gran humildad que le condujo a los extremos más sublimes de cercanía y semejanza con Cristo, supo desnudarse enteramente de sí mismo para revestirse solo del Señor, hasta poder llevar en sí, impresos en su carne, los mismos signos de la Pasión, como sello último de su pertenencia a Él.
Particularmente emocionante ha sido el recuerdo de las víctimas del accidente aéreo ocurrido en Chile a principios de este mes de septiembre, cuando un avión de las fuerzas aéreas chilenas, con 21 personas a bordo y que transportaba ayuda para la reconstrucción de las zonas damnificadas el año pasado en el archipiélago de Juan Fernández, se precipitó al Océano Pacífico, en la misma costa. Entre las personas desaparecidas en esta tragedia se encontraba el joven Felipe Cutillos, nieto de la mujer del embajador chileno en los territorios palestinos. Una tragedia, así pues, que ha tocado de cerca a la comunidad residente en Israel y a sus representantes institucionales y que ha marcado las celebraciones de esta jornada con una nota de profundo dolor.
Al finalizar la celebración, las autoridades y los participantes se han vuelto a reunir en los locales de la Curia custodial para el intercambio de felicitaciones y compartir un momento fraterno.
Nos unimos, con nuestra cordial felicitación, a la fiesta que conmemora la independencia de este lejano país tan profundamente unido, sin embargo, a la Tierra Santa gracias a su profunda fe cristiana y a la activa comunidad que vive aquí y que, desde hace ya algunos años, ha encontrado un lugar precioso en el que reunirse y rezar, el santuario de San Juan en el Desierto, junto a Ain Karem, del que el mismo fray Sergio Olmedo es guardián. Y nos unimos también en su dolor reciente para que el recuerdo y la oración, precisamente aquí, en los Santos Lugares, puedan ayudar a aliviarlo.
Texto de Caterina Foppa Pedretti
Fotos de Marco Gavasso
La celebración solemne ha estado presidida por fray Sergio Olmedo Flores, sacerdote franciscano de la Custodia de Tierra Santa y asistente espiritual de la comunidad chilena presente en Israel. En la celebración han participado personalidades diplomáticas, civiles y militares, tanto de Chile como de otros países de Hispanoamérica, entre ellos, el embajador chileno ante Israel, el Sr. Joaquín Montes Larraín, y ante la Autoridad Nacional Palestina, el Sr. Jorge Ossa Arangua, con sus respectivas consortes. Entre los miembros de la comunidad chilena había dos jóvenes que vestían los alegres y elegantes trajes tradicionales de su país de origen.
Los momentos más solemnes de la liturgia han estado acompañados por una virtuosa ejecución al órgano de fray Armando Pierucci, director del Instituto Magníficat, la escuela de música de la Custodia de Tierra Santa, y de la flautista inglesa, Stella Turner.
En su homilía, fray Sergio ha hablado de san Francisco de Asís que, precisamente el 17 de septiembre de 1224, recibió el don de los estigmas sobre el monte de La Verna. San Francisco, con una gran humildad que le condujo a los extremos más sublimes de cercanía y semejanza con Cristo, supo desnudarse enteramente de sí mismo para revestirse solo del Señor, hasta poder llevar en sí, impresos en su carne, los mismos signos de la Pasión, como sello último de su pertenencia a Él.
Particularmente emocionante ha sido el recuerdo de las víctimas del accidente aéreo ocurrido en Chile a principios de este mes de septiembre, cuando un avión de las fuerzas aéreas chilenas, con 21 personas a bordo y que transportaba ayuda para la reconstrucción de las zonas damnificadas el año pasado en el archipiélago de Juan Fernández, se precipitó al Océano Pacífico, en la misma costa. Entre las personas desaparecidas en esta tragedia se encontraba el joven Felipe Cutillos, nieto de la mujer del embajador chileno en los territorios palestinos. Una tragedia, así pues, que ha tocado de cerca a la comunidad residente en Israel y a sus representantes institucionales y que ha marcado las celebraciones de esta jornada con una nota de profundo dolor.
Al finalizar la celebración, las autoridades y los participantes se han vuelto a reunir en los locales de la Curia custodial para el intercambio de felicitaciones y compartir un momento fraterno.
Nos unimos, con nuestra cordial felicitación, a la fiesta que conmemora la independencia de este lejano país tan profundamente unido, sin embargo, a la Tierra Santa gracias a su profunda fe cristiana y a la activa comunidad que vive aquí y que, desde hace ya algunos años, ha encontrado un lugar precioso en el que reunirse y rezar, el santuario de San Juan en el Desierto, junto a Ain Karem, del que el mismo fray Sergio Olmedo es guardián. Y nos unimos también en su dolor reciente para que el recuerdo y la oración, precisamente aquí, en los Santos Lugares, puedan ayudar a aliviarlo.
Texto de Caterina Foppa Pedretti
Fotos de Marco Gavasso