Fiesta de la Dedicación de la basílica del Santo Sepulcro

Fiesta de la Dedicación de la basílica del Santo Sepulcro

El sábado 15 de julio, ante el edículo del sepulcro vacío, toda la comunidad de la Custodia de Tierra Santa de Jerusalén se reunió para la solemnidad de la Dedicación de la basílica del Santo Sepulcro, centro del corazón y del viaje de todos los peregrinos a Tierra Santa, en el 874 aniversario de su consagración.

Fue el 15 de julio de 1149 cuando los cruzados, tras décadas de obras y reformas estructurales, consagraron oficialmente la nueva basílica en el quincuagésimo aniversario de la conquista de Jerusalén.

Cada año se conmemora esta fecha con una celebración eucarística, que nos permite recordar las numerosas vicisitudes que la basílica ha atravesado hasta llegar a nuestros días y dar testimonio de la muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo en el lugar histórico donde ocurrieron estos hechos.

El rediseño de los cruzados

Recién reconquistada Jerusalén, en 1099, se emprendió la reconstrucción de las iglesias de Tierra Santa, empezando por el Santo Sepulcro. En lugar del complejo constantiniano formado por la Anástasis, el Gólgota y la iglesia del Martyrion, los cruzados construyeron un único edificio. La Rotonda sufrió cambios radicales: en el exterior, en el antiguo patio del Gólgota se construyó un gran presbiterio (el actual Katholicon grieto). A su alrededor se dispuso una hilera de capillas, en las que se recuerdan aspectos concretos de la pasión de Cristo, que aún hoy se veneran durante la procesión que se realiza diariamente dentro de la basílica.

Un transepto construido a lo largo del eje norte-sur incorporó la roca del Gólgota dentro de la basílica: para dar mayor protagonismo al Gólgota se creó la entrada externa con escalinata y se añadió un imponente campanario.

La solemne celebración eucarística

El vicario de la Custodia, fray Ibrahim Faltas presidió la celebración en representación del Custodio de Tierra santa, fray Francesco Patton, actualmente realizando ejercicios espirituales en el convento de Montefalco.

Numerosos peregrinos, religiosos y fieles participaron en la importante celebración en la basílica, donde en los últimos meses se están llevando a cabo importantes labores de mantenimiento (aquí la última nota de prensa sobre las excavaciones realizadas).

«Nos encontramos en el lugar más importante del mundo, que atrae a millones de peregrinos desde su nacimiento, para venerar un sepulcro vacío – subrayó en su homilía fray Ibrahim Faltas –. Los franciscanos estamos en Tierra Santa desde hace más de 800 años y custodiamos este lugar santo con amor, con la presencia constante de nuestros hermanos y la oración continua, tratando de protegerlo porque representa el corazón, el centro del cristianismo de todo el mundo. Tenemos una tarea importante: dar testimonio de la experiencia de una Iglesia que vive en la capital de la Resurrección».

Silvia Giuliano