Fiesta de la Asunción en Deir Mimas, Líbano | Custodia Terrae Sanctae

Fiesta de la Asunción en Deir Mimas, Líbano

Deir Mimas, hermoso pueblecito a 80 km al sur de Beirut, atrae a numerosos visitantes que vienen de lejos para admirar la disposición de las casas entre los olivos. Los olivos constituyen el pulmón del pueblo, han forjado sus tradiciones y son el motor de su economía. El aceite de Deir Mimas constituye para el pueblo lo que el vino para la zona del Duero.
También su nombre es ejemplar. Reúne a los habitantes en su diversidad. De hecho, ‘Deir’ es un término árabe que significa «casa» o «convento», y Mimas se refiere a san Mimas, o Mema, el gran santo mártir patrono de la zona. Pero la que tiene el poder de reunir a todos los hijos e hijos de la región es la santa Virgen. Desde hace tres años, todos los habitantes del pueblo se reúnen en torno a la Virgen en el día de su fiesta, en la iglesia latina de Nuestra Señora de la Asunción, de los padres franciscanos.
A la fiesta se han unido también las 14 familias de cristianos iraquíes que han encontrado refugio aquí, tras haber dejado su país huyendo de la ocupación del así llamado Estado Islámico. Desde entonces, forman parte de la comunidad que les ha acogido y les ha proporcionado alojamiento.
Este año, la fiesta de Nuestra Señora de la Asunción ha sido especial. El objetivo era el de hacer de la fiesta una tradición para el pueblo, capaz de reunir a los pueblos libaneses de los alrededores, conocidos también ellos por sus diversos festivales anuales. Todos se han reunido en torno a la Virgen. Pequeños y grandes, libaneses de distintas religiones, iraquíes y algunas familias sirias refugiadas en Deir Mimas. Ha venido también un grupo de la FINUL –Fuerza Internacional de las Naciones Unidas en Líbano- para unirse a la fiesta de la gran familia de Deir Mimas.
La fiesta ha durado dos días. La vigilia se dedicó a los más jóvenes: niños que viven en Deir Mimas –libaneses, iraquíes y también sirios-, así como los de las familias llegadas desde Beirut para celebrar la Asunción en su pueblo de origen con sus familias. Se ha organizado una fiesta con actividades adecuadas a su edad. En el patio de la parroquia latina resonaba la alegría y la música, que se podía escuchar en todo el pueblo.
El día de la Asunción, la fiesta se redobló. A mediodía, el 15 de agosto, una niña iraquí fue bautizada en «nuestra» iglesia, convirtiéndose en «nuestra» hija. Los padrinos del bautismo han sido dos libaneses de Deir Mimas. Inmediatamente después del bautismo y tras haber cortado la tarta, todas las madres y mujeres del pueblo se han cambiado el vestido y se han puesto los delantales, para cocinar los típicos platos libaneses e iraquíes, servidos en esta hermosa tarde en la plaza de la iglesia. Los platos se han preparado en todas las casas y, a las 18.00 en punto, la campana ha empezado a redoblar para celebrar a santa María y para reunir a todos en la «principal» cena espiritual: la misa. La celebración se ha desarrollado en la iglesia latina de Nuestra Señora de la Asunción, contando con la presencia de ciudadanos de todas las confesiones cristianas: latinos, maronitas, melquitas, protestantes y ortodoxos. Estaba también el grupo de la FINUL, acompañados por su capellán. A la misa le ha seguido la procesión, que ha recorrido todo el pueblo. Saliendo de la iglesia, ha vuelto de nuevo a la iglesia, donde la asamblea ha recibido la bendición final.
Después, cuando cayó la noche, el patio parecía una colmena. Las mujeres se ocupaban de los platos y su presentación y jóvenes y hombres colocaban las sillas, mesas y los instrumentos musicales, mientras los niños corrían por todas partes… A los deliciosos platos libaneses e iraquíes, por sorpresa, se ha añadido una deliciosa paella preparada por los soldados españoles de la FINUL.
Todos estaban reunidos en torno a la mesa, mientras un pinchadiscos animaba la noche con su música. Los participantes han empezado a disgregarse solo cuando despuntaba el nuevo día.
La mañana siguiente la calma ha invadido el pueblo y no se escuchaba más que el sonido del viento entre los árboles y el canto de los pájaros. La fiesta nos ha convencido de que, a pesar nuestras diferencias, podemos reunirnos en paz y alegría. Recemos todos para que la santa Virgen proteja Deir Mimas y a nuestro querido Líbano.

Taufic Bu Merhi