El lunes 9 de mayo, el custodio de Tierra Santa, fray Pierbattista Pizzaballa, junto a una amplia representación de la comunidad franciscana de Jerusalén, se ha acercado hasta la sede del Patriarcado greco-ortodoxo para felicitar la Navidad y el nuevo año a los máximos representantes de esta Iglesia. El custodio estaba acompañado, entre otros, por fray Artemio Vítores, vicario custodial, fray Silvio de la Fuente, secretario custodial, fray Noel Muscat, discreto de Tierra Santa, fray Ibrahim Faltas, actual ecónomo y responsable de las relaciones con las autoridades palestinas e israelíes, y un nutrido grupo de estudiantes del Studium Biblicum Franciscanum.
Llegados en procesión con los kawas, los franciscanos han sido acogidos con gran honor por parte de las autoridades de la Iglesia greco-ortodoxa y han sido dirigidos hasta la espléndida Sala del Trono de la sede patriarcal, en la que estuvo también el papa Benedicto XVI con ocasión de su peregrinación a Tierra Santa en el año 2009. El intercambio de felicitaciones se ha desarrollado en un clima de gran cordialidad y apertura, animado por las actuaciones de un cualificado grupo de cantores.
Esta es una importante ocasión para las comunidades cristianas participantes para compartir los mismos sentimientos de alegría y devoción ante al misterio de la Navidad, acontecimiento que está en el centro de la vida y de la fe de todos los cristianos, y también para proseguir en el camino de la mutua comprensión, de la colaboración y la solidaridad recíprocas en los momentos, no siempre fáciles, de la vida cotidiana en Tierra Santa.
Texto de Caterina Foppa Pedretti
Fotos de Alice Caputo
Llegados en procesión con los kawas, los franciscanos han sido acogidos con gran honor por parte de las autoridades de la Iglesia greco-ortodoxa y han sido dirigidos hasta la espléndida Sala del Trono de la sede patriarcal, en la que estuvo también el papa Benedicto XVI con ocasión de su peregrinación a Tierra Santa en el año 2009. El intercambio de felicitaciones se ha desarrollado en un clima de gran cordialidad y apertura, animado por las actuaciones de un cualificado grupo de cantores.
Esta es una importante ocasión para las comunidades cristianas participantes para compartir los mismos sentimientos de alegría y devoción ante al misterio de la Navidad, acontecimiento que está en el centro de la vida y de la fe de todos los cristianos, y también para proseguir en el camino de la mutua comprensión, de la colaboración y la solidaridad recíprocas en los momentos, no siempre fáciles, de la vida cotidiana en Tierra Santa.
Texto de Caterina Foppa Pedretti
Fotos de Alice Caputo