Fadi Massabki, originario de Damasco, emprendedor en el sector del mobiliario de lujo, está considerado el descendiente más cercano de los hermanos Massabki. Se trata de los tres laicos maronitas que serán canonizados el 20 de octubre en Roma, junto con ocho frailes franciscanos de la Custodia de Tierra Santa. El grupo es más conocido como “Mártires de Damasco”.
Fadi y su familia participarán en la procesión del ofertorio durante la misa de canonización de los “Mártires de Damasco”, el 20 de octubre en la plaza de San Pedro (Roma). “Los santos son un mensaje del Señor, para recordarnos la fuerza de la fe”, dice. “La santidad es un camino para todos los cristianos. Especialmente en nuestros días, necesitamos la fe para luchar contra el mal y las tribulaciones”.
Fadi es descendiente de Francesco Massabki, el mayor de los tres hermanos mártires. Este último era comerciante de sedas y padre de ocho hijos. Era conocido por sus virtudes y, gracias a su trabajo serio y honesto, logró adquirir fortuna, respeto y éxito. Francesco destacaba por su generosidad hacia los pobres y la Iglesia, y su profunda fe, que alimentaba con la oración y los sacramentos. Entre los nietos de Francesco se encuentra Louis Massabki (1874-1960), abuelo de Fadi e iniciador de “Massabki Furniture”, empresa especializada en carpintería y mobiliario de lujo. En la actualidad, Fadi es uno de los herederos de la empresa familiar, así como de una historia de santidad.
Cuando en 2012 las fábricas y las propiedades de la familia fueron destruidos por la guerra en Siria, Fadi Massabki emigró a Odesa (Ucrania) y después a Erbil (Irak). “Regresé a Siria en 2019, para restablecer aquí el negocio familiar”, explica. Vive entre Alepo y Damasco, junto con su mujer Vilma, diseñadora de interiores. Exporta a varios países de Oriente Medio y a EE. UU. Sus dos hijos, Rhea y Jean, estudian en Francia. “La vida en Siria es aceptable a pesar de las dificultades. No puedo dejar Siria, en esta ‘tierra santa’ están mis raíces, la empresa familiar y mucho por construir”.
Fadi heredó de Francesco Massabki y de sus antepasados la pasión por el trabajo y una gran fe: “Mi fe se basa sobre todo en la enseñanza de ayudar a los necesitados, y en creer que Dios está a mi lado en los momentos difíciles. Esto me da la fuerza para realizar buenas obras. Si sembramos amor, cosechamos bendiciones”. A menudo, Fadi reza ante las reliquias de los hermanos Massabki y se detiene en la iglesia franciscana donde fueron martirizados. “Siento su santidad y su cercanía. Los hermanos Massabki eran comerciantes, eran laicos que dedicaron su vida a la Iglesia: son mis modelos de referencia, porque demuestran que un laico puede convertirse en santo a través de sus acciones en la vida cotidiana”.
Marinella Bandini
