Entre la Verdad y la Sabiduría, el estudio y la oración: Santa Misa con motivo de la inauguración del Año Académico | Custodia Terrae Sanctae

Entre la Verdad y la Sabiduría, el estudio y la oración: Santa Misa con motivo de la inauguración del Año Académico

Iglesia de San Salvador, Jerusalén. 5 de octubre de 2011

En la iglesia parroquial de San Salvador, en la mañana del día 5 de octubre, se ha celebrado la misa de inauguración del Año Académico 2011-2012 del Studium Biblicum Franciscanum, del Studium Theologicum Jerosolymitanum y del Studium Theologicum Salesianum. Ha presidido la ceremonia Mons. William Shomali, obispo auxiliar del Patriarca latino de Jerusalén, y con él, como concelebrantes, se encontraban las autoridades de las tres instituciones académicas; respectivamente, el padre Giovanni Claudio Bottini ofm, Decano del Studium Biblicum Franciscanum, el padre Najib Ibrahim ofm, Moderador del Studium Theologicum Jerosolymitanum, y los padres Arnauld Dominique M. Afr. y Michael Biji sdb, profesores permanentes del Studium Theologicum Salesianum. Además, había una gran presencia de profesores, estudiantes, seminaristas y empleados administrativos de las tres instituciones universitarias que han participado en la celebración y en las que comienzan oficialmente las actividades académicas de este nuevo curso.

La santa misa ha comenzado con el Veni, creator Spiritus, la invocación al Espíritu Santo, tema central también de la homilía de Mons. Shomali, que ha invitado a todos a rezar para recibir la Verdad y la Sabiduría. En particular, Mons. Shomali se ha centrado en su reflexión en los profesores de estos distinguidos centros de estudios superiores, entre los que se distinguen insignes biblistas, teólogos y exégetas y que honran, con su enseñanza y sus preciadas publicaciones, a la Iglesia de Jerusalén. A ellos se les ha encomendado una misión y una vocación de extraordinaria importancia: escrutar el sentido de las Sagradas Escrituras y seguir sacando a la luz la íntima relación que une la revelación de la Verdad a la historia y a la arqueología de esta Tierra Santa. Del mismo modo, los estudiantes y seminaristas gozan de una oportunidad extraordinaria, es decir, del privilegio de estudiar y de formarse en Jerusalén y de profundizar en el conocimiento de la Palabra de Dios en la Tierra Santa, donde se materializó la salvación. Esta es realmente una gracia única cuyo recuerdo permanecerá siempre vivo en el corazón de todos ellos durante toda la vida.

Como se desprende del texto del evangelio de san Lucas, propuesto por la liturgia del día (Lc 11,1-4), en el que Jesús enseña a los apóstoles a rezar dirigiéndose a Dios como a un Padre y hablándole con palabras confiadas y afectuosas -ha dicho Mons. Shomali-, la oración es la compañera natural del estudio de la Teología. Mientras que en la Teología descubrimos el discurso {sobre} Dios hecho con la razón, en la oración descubrimos el discurso {con} Dios hecho con el corazón. Las dos dimensiones están unidas por una profunda relación y ambas dos están perfectamente sintetizadas en la persona de Jesús, Maestro por excelencia y gran orante, del que los discípulos desean aprender la forma de orar. Hoy, el precioso instrumento de la {Lectio divina}, que pretende favorecer la comprensión literal, histórica, espiritual de la Palabra, pone en íntimo contacto los distintos momentos de la Lectio, Meditatio, Oratio y Contemplatio. De la Meditatio, que hace que surja el aspecto teológico del texto, su mensaje central en relación con el propio contexto personal y cultural, se llega conscientemente a la Oratio, un diálogo íntimo entre Dios y el hombre, que da vida a la oración no devocional sino bíblica y esencial, la cual puede asumir la forma de agradecimiento, la alabanza, la súplica o la intercesión. Mons. Bruno Forte escribía en sus reflexiones en preparación de la XIIª Asamblea del Sínodo de los Obispos (octubre de 2008): «Si se comprende que la Palabra de la revelación es esta “carta de Dios”, que puede hablar al corazón de cada uno y de todos, entonces se entenderá la importancia decisiva para la vida del individuo y de la comunidad. Será entonces cuando nos acercaremos a Ella con el ansia y el deseo con que un enamorado lee las palabras de la persona amada, y Dios, que es Padre y Madre en el amor, hablará a quien le busca. La escucha fiel, inteligente, humilde y orada de cuanto Él dice podrá saciar, poco a poco, la necesidad de luz, la sed de amor. Aprender a escuchar la voz que nos habla en la Sagrada Escritura es aprender a amar. ¡La Palabra de Dios es el mejor libro contra la soledad!». Por tal motivo, la escucha y el estudio de la Palabra son también el alimento vital que suscita y alimenta la actividad pastoral a la que cada uno es llamado según su propia capacidad y disponibilidad.

La homilía de Mons. Shomali ha concluido con un emocionado recuerdo al padre Lino Cignelli, estimado sacerdote y profesor del Studium Biblicum Franciscanum, desaparecido de forma inesperada el pasado año. El padre Cignelli fue siempre un luminoso ejemplo para colegas y estudiantes; hombre de gran simplicidad, ciencia, oración y profunda meditación, un gran hombre caritativo.

Al finalizar la ceremonia, los participantes han podido disfrutar de una reunión fraterna organizada, elegantemente, en los locales de la Curia, en la que se han podido intercambiar familiarmente saludos y desearse cordialmente lo mejor para este nuevo año académico que ahora empieza.

Texto de Caterina Foppa Pedretti
Fotos de Marie-Armelle Beaulieu