En las tinieblas ha nacido la Luz... | Custodia Terrae Sanctae

En las tinieblas ha nacido la Luz...

Al fin, a pocas horas de la Navidad, las bombas sobre Alepo se han detenido. Para la parroquia latina de la ciudad, en manos de los franciscanos de la Custodia, es la oportunidad para vivir la fiesta con los niños: un bellísimo regalo. Este es el texto que nos han enviado.

Navidad – la luz y la alegría, la esperanza de que, a pesar de nuestras tinieblas, la luz de Dios resplandece. Cristo ha nacido para ser la Luz de nuestro mundo. La Luz que nunca se apaga.
Al comenzar la Eucaristía los niños - ¡numerosísimos! – han entrado con los celebrantes en procesión, llevando en sus manos velas encendidas – símbolo de nuestros corazones vigilantes, preparados para salir al encuentro del recién nacido. Y la Virgen María, Madre de Dios, es el modelo que nos prepara para acogerlo. Lleva entre sus brazos la Luz verdadera para ofrecérsela a los que viven en la oscuridad.

Por primera vez en seis años la misa de Navidad se ha celebrado sin el ruido de los bombardeos y de los disparos. Estamos seguros de que es el fruto de la oración ferviente de los corazones unidos de muchos niños del mundo. En esta ocasión, hemos recibido mensajes de todas partes – Japón, Egipto, Ucrania, Eslovaquia, Italia, Polonia, Reino Unido, Irlanda, España, México, Argentina, Estados Unidos, etc. – que atestiguan la comunión con nosotros en la oración y comparten sus iniciativas, ¡algunas muy creativas! Creemos sinceramente que Dios escucha el clamor de «sus pequeños».

La oración universal se ha recitado en cuatro idiomas. Hemos rezado por nuestra querida patria, Siria, para que el Niño Jesús, con su omnipotencia, haga brillar sobre ella su gracia para lograr la Paz y la estabilidad. La coral ha realzado la Eucaristía con villancicos en árabe y en latín.

Al concluir la misa, los niños han acompañado al Niño Jesús en procesión desde el altar al pesebre. El Pesebre tenía la forma del mapa de Siria. Allí se ha acostado la figura del Niño Jesús – un símbolo de que el nacimiento de Cristo es una nueva esperanza, una Luz para la ciudad de Alepo, para toda Siria y sus habitantes.

La Luz quiere entrar en todos los corazones para que ninguno habite en la noche… Nosotros por nuestra parte, queremos ofrecerla a los demás para alabar juntos a Dios: «¡Gloria a Dios, Paz a los hombres, alegría del Cielo sobre la tierra!»
A la salida de la misa, los participantes han saludado al padre Ibrahim, el párroco, y al resto de celebrantes intercambiando felicitaciones de Navidad, seguidas de un refresco. Los niños y sus familias han bajado a la sala donde se celebraba. ¡Qué sorpresa al encontrarse un reno y un carro! La fiesta se ha animado con un recital de villancicos. Las familias han aprovechado cada rincón decorado para hacerse fotos. Después de la misa, durante mucho rato, nuestra comunidad parroquial – o más bien ecuménica, porque muchos fieles de otros ritos se han unido para la celebración en nuestra iglesia – ha festejado la alegría del nacimiento de Cristo, Luz verdadera, Liberador, Príncipe de la paz. Ha sido la oportunidad para un encuentro fraterno en la alegría que consolida nuestra pertenencia a la Iglesia. Los niños, todos felices, se han marchado con grandes regalos. Estamos agradecidos porque todo se ha desarrollado en paz. Teníamos miedo de sufrir atentados y se ha movilizado a un grupo de jóvenes para garantizar la seguridad, bajo la dirección de un experto.

Desde el corazón de la ciudad de Alepo os deseamos: ¡Feliz Navidad a todos!