En la "Casa del Niño" todos los días es Navidad | Custodia Terrae Sanctae

En la "Casa del Niño" todos los días es Navidad

Jueves 20 de diciembre de 2007

La "Casa del Niño" es una de las nuevas iniciativas de la Custodia de Tierra Santa en Belén. Se abrió en el mes de octubre 2007. "La Custodia no la conforman solamente los Santos Lugares, ni siquiera, únicamente, la animación de las parroquias, está también conformada por las obras sociales y el cuidado de las piedras vivas que son los cristianos del país y, preferentemente, los más pobres de entre ellos." Así se expresa el hermano Marwan Di´des, director de la casa.

Desde la segunda Intifada, Belén no termina de superar la pobreza y los males que le acompañan. El paro, que alcanza a cerca del 50% de la población conlleva una serie de desórdenes: violencia dentro de las familias, alcoholismo, droga, etc. Tampoco los cristianos se ven libres de ellos. La "Casa del Niño" acoge a 25 niños de familias cristianas desfavorecidas.

"Se le llama, equivocadamente, "orfelinato", nos dice la Hermana María, Misionera Franciscana de María, de origen libanés que colabora con el hermano Marwan. Ciertamente hay niños que son huérfanos de padre y cuya madre no puede defenderse ella sola, pero la mayoría de los niños tienen a sus padres y forman parte de una familia."
"Tenemos una acogida durante el día y, de ellos, 12 niños son internos", precisa el hermano Marwan. "La capacidad de acogida diurna es de 35, y el internado de 18, pero preferimos comenzar con un número de niños más reducido. Hay ya lista de espera, pero hemos de calcular bien si nos será posible acoger a más niños para el segundo semestre", continúa diciendo el director.

Por razones obvias, la casa, abierta en Octubre, acoge a niños comprendidos entre los 6 y los 13 años, solamente.
Los niños llegan al terminar la escuela hacia las 13,30; y aquí pueden alimentarse con más seguridad que en sus familias. Después, acompañados por el equipo de educación formado por tres enseñantes, una asistente social, una educadora y Sor María, hacen sus deberes escolares antes de salir a jugar al patio o, caso de mal tiempo, a una sala de juegos preparada por ellos mismos.

Los externos regresan a sus familias hacia las 17,30, mientras que los internos cenan y duermen en la casa. "Los mayores tienen una habitación individual, los demás una habitación doble o más cuando se trata de hermanos. Tenemos una habitación para tres en la que duermen tres hermanos. A las 20ºº todos están en la cama. Doy una vuelta por el corredor pero a los 10 minutos ya no se escucha más que la profunda respiración de los que duermen." Nos lo cuenta el hermano Marwan que, durante el día es Director de la escuela de Tierra Santa para muchachos y cuidador del internado durante la noche. A la pregunta de "¿Cómo vive usted su vida de comunidad?" él responde: "Me reúno con mi comunidad los sábados; los lunes, al terminar la escuela regreso a la "Casa del Niño". Esta nueva actividad, casi me impide cualquier otra forma de apostolado": por la mañana estoy en la escuela y a las 15,30 regreso a la casa.

Para esa hora, los niños ya están allí y han almorzado, ayudo un poco, pero cuando realmente mi trabajo comienza es a las 18ºº; después de la cena, me quedo sólo con los niños. Ya no alcanzo a acompañar a los grupos de Scouts o de JOC, que vienen a encontrarse conmigo aquí, a no ser que encuentre alguien que me reemplace una o dos horas, aunque se ocasionalmente. Es una tarea pesada pero, al mismo tiempo, hermosa. Si llego a encontrar alguna persona de confianza para atender a los niños, podría pensar en salir más porque, realmente, estoy retenido en este lugar."

Los locales pertenecen a las hermanas Franciscana Misioneras de Maria, cuyas obras de remodelación han corrido a cargo de la Franciscan Holy Land Foundation, para poder ser usados como "Casa del Niño". Antes de la segunda Intifada, teníamos una casa de acogida para peregrinos, dice Sor María Paula, la superiora de las hermanas. Después (a pesar de no haber habido ningún incidente con los turistas) la gente tuvo miedo de venir a Belén. Estudiamos diversos proyectos para dar vida a estos locales. Ninguno de ellos pudo llegar a buen término hasta que el padre Amjad -párroco de esta parroquia hasta septiembre- se puso en contacto con nosotras para iniciar este proyecto."

El proyecto tenía su lógica, no solamente porque los locales del subsuelo de la casa estaban vacíos, sino también porque las hermanas se dedican al trabajo social con las familias a través del "Centro franciscano de la Sagrada Familia" instalado muy cerca y que es un centro de ayuda, de escucha y de actividades para las familias cristianas.


Frutos esperanzadores tras solamente tres meses

"Lo que se ha hecho por los niños en su "Casa" es una maravilla, comenta sor María Paula. El riesgo es que los niños se encuentren en ella tan bien que luego les cueste integrarse en sus familias al llegar el fin de semana."
"El riesgo existe, reconoce el padre Marwan, pero hasta el presente, los niños están tan contentos el sábado por ir a sus familias, como el lunes por regresar a la "Casa"." En este día, un poco especial, algunos adolescentes manifiestan cierta violencia. "Cierto que tienen algunos rasgos violentos. Para algunos, la violencia familiar es algo cotidiano desde su niñez. Pero tras tres meses, los progresos son evidentes. Al comienzo, esta violencia me chocaba y enojaba.

En muy poco tiempo, me he dado cuenta de que esto no me servía de nada." "Hay que ser firme para separarlos. Una vez separados, espero a que se calmen, después los llamo juntos para que vayan descubriendo en el diálogo el camino para hacer las paces." "Los progresos observados en estos tres meses son, realmente, una motivación muy positiva. Pienso en ese joven que siempre estaba enfrentado a sus compañeros y a la escuela misma."

Siempre sólo y, escolarmente, fracasado. En su familia encontraba grandes dificultades. Desde su llegada a la "Casa" comenzó a abrirse a los demás. Más tarde, nos dimos cuenta de que necesitaba gafas; incluso, corría el peligro de perder un ojo. Desde entonces, es otro muchacho. Se ríe, juega con los demás y me muestra, con orgullo, su boletín escolar de calificaciones con una media de 80 sobre 100. Los profesores comentan que se ha abierto de una manera increíble. También yo estoy orgulloso de él. Por supuesto, no se trata de mi trabajo, solamente, sino del realizado por todo el equipo. Con la secretaria incluida, formamos un equipo de nueve.

Pienso también en otro que nos ha llegado y al que hemos escolarizado. Con ocho años no sabía escribir correctamente su nombre. Con la ayuda de la educadora Maha ha comenzado a reducir su retraso escolar y hace impresionantes progresos. La situación en su familia no le permite crecer de manera normal. Esta "Casa" quiere proporcionarle la posibilidad de crecer y hacerse adulto.
Los muchachos asaltan por todos lados al padre Marwan; se nota que hoy es día de fiesta en la "Casa". Con motivo de la Navidad, El Custodio de Tierra Santa, Pierbattista Pizzaballa en persona, ha venido a visitarlos y a celebrar con ellos una Eucaristía en la cercana "Gruta de la Leche". Los niños cantan con alegría a voz en grito; rivalizan por responder a las preguntas que el Custodio les dirige durante la homilía.

La "Casa del Niño" no se olvida de acompañar espiritualmente a estos niños. Tras compartir un buffet, los niños esperan la llegada de Santa Klaus (Papá Noel)…Un cartel creado por ellos y en el que han incluido sus propias fotos, es el regalo que ofrecen al Custodio. En ambiente de sana alegría un niño se atreve a verificar personalmente que la barba del Custodio no es postiza.

El hermano Marwan reparte gestos de cariño y palmadas amistosas, atendiendo su entorno con sabias dosis de amor que los niños le devuelven entre bromas, afecto y admiración. la llegada de Santa Klaus provoca una explosión de alegría. Ha repartido a todos sus regalos. Los niños no se dan ninguna prisa en abrirlos, como si ya, el mejor regalo de Navidad fuera el hecho de estar en esta "Casa", hoy, bajo la complacida mirada de sus padres. Algunos se han unido a la Eucaristía y a la fiesta y sus rostros no hacen más que reflejar la alegría de sus hijos. Tanto las hermanas franciscanas como la comunidad de Belén que les visita están presentes.

Terminada la fiesta, a los muchachos les cuesta despedirse. Llevan una bolsa de colores de la "Franciscan Holy Land Fondation" tan grande como ellos. Es la institución que sostiene la "Casa" en un 75%; el otro 25% está a cargo de la Custodia que busca fondos por medio de su ONG, la "Asociación Tierra Santa". Mientras la situación de Belén genere parecidas situaciones sociales, la Custodia estará presente para ayudar a los niños y a sus familias, contando siempre con sus benefactores. Para que puedan visitarnos está previsto preparar unahabitación especial para ellos.
La fiesta y papá Noel ya han pasado. El Amor de Dios nunca se pasa.

Marie-Armelle Beaulieu

Cómo contribuir
Franciscan Foundation for the Holy Land,
POB 20986,
Washington DC
20017-9086 USA


Ats: para colaborar con el proyecto