En camino hacia el Sínodo: el cardenal Baldisseri a la escucha en Tierra Santa | Custodia Terrae Sanctae

En camino hacia el Sínodo: el cardenal Baldisseri a la escucha en Tierra Santa

El 6 y 7 de febrero, en la sala de conferencias adyacente a la basílica de la Anunciación de Nazaret, se ha celebrado el simposio de preparación del Sínodo 2015: «La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo», presidido por el cardenal Lorenzo Baldisseri, secretario general del Sínodo de los Obispos. Como director de orquesta del Sínodo general previsto para otoño, S. E. ha venido para escuchar y consultar a las familias y a los obispos de Tierra Santa. En noviembre de 2014 una delegación pontificia se había acercado ya al Líbano para indagar en esta misma temática de la familia.

En una sala de conferencias tapizada de púrpura, para honrar la presencia del prelado romano, fray Frédéric Manns ofm, moderador del simposio, ha trazado en primer lugar las grandes líneas del coloquio y ha afirmado que, aunque la presencia cristiana es escasa en número como todos conocen, el refrán dice: «No importa la cantidad sino la calidad». Los cristianos de Tierra Santa, en constante disminución, representan alrededor del 2% de la población israelí y el 1,5% de la de Cisjordania; en Gaza, no llegan al 1% de la población de este enclave costero. Las causas principales son la baja tasa de natalidad de las familias cristianas y la emigración.

El padre custodio, Pierbattista Pizzaballa, uniéndose a Mons. Fuad Twal, ha recordado las palabras de Pablo VI durante su visita a la Anunciación en 1964: «La familia de Nazaret es la escuela donde por primera vez hemos entendido las palabras de Jesús, las palabras del Evangelio; aquí aprendemos a ver, escuchar y meditar el profundo significado del misterio de la manifestación del Hijo de Dios». El custodio ha señalado la atemporalidad de estas enseñanzas «siempre en el centro del debate de la Iglesia universal». El cardenal, a su vez, ha recordado la importancia de la familia no solo para la Iglesia sino para «toda la humanidad» porque «es la primera célula de toda sociedad».

A la conferencia introductoria –La familia en la Biblia- pronunciada por fray Giovanni Claudio Bottini ofm, profesor del Studium Biblicum Franciscanum, ha seguido la intervención de la familia Shacur, miembros del Consejo Pontificio de la Familia. Han dado testimonio de la coexistencia de las familias cristianas entre las comunidades judía y musulmana de Tierra Santa. «Dejemos de decir que Oriente Medio no puede vivir sin sus cristianos -ha exclamado M. Naser Shacur-; estad seguros de que podrá, y sin ningún escrúpulo –ha subrayado aún- […]. Los cristianos en los países árabes sufren un trauma histórico crónico que se repite de generación en generación. Para poner fin a este temor, nuestro cristianismo debe dejar de ser una religión y convertirse en un estilo de vida; la oración no es suficiente, es necesaria una acción concreta». Para M. Shacur, las familias están llamadas a construir su casa «sobre roca».

Antes de comenzar la segunda y última parte de la jornada, fray Frédéric Manns ha esperado el visto bueno de las telecámaras que transmitían en directo el evento en el sitio del Christian Media Center (www.fmc-terrasanta.org). Ha tomado después la palabra Mons. Marun Laham para examinar la situación y los desafíos de los cristianos en Oriente Medio. «La familia, gracias a Dios, está siempre sana y mantiene su forma tradicional», ha asegurado. Pero desde hace una década, los conflictos armados, la difícil situación política y social afectan de pleno a la dignidad de las familias. En esta región, uno de los grandes desafíos es la relación con el judaísmo y el islam, sobre todo la cuestión de la relación entre fe y política. Mons. Laham ha comentado que para estos últimos, «Dios, el pueblo y la tierra son toda una cosa; es esencial e inalterable», obligando así a los cristianos a seguir distintas normas doctrinales, sociales, culturales y relacionales dictadas por el islam y por judaísmo.

«Es necesario ver la presencia cristiana en los países árabes como voluntad de Dios, aceptarla y transformarla en misión. El temor para llevar a cabo esta misión procede de un miedo histórico. Es urgente derribar esta barrera del miedo con la fe que libera y abre a nuevos horizontes». Ha exhortado después a las familias a abrazar la dinámica pascual, porque «la Iglesia de Jerusalén –ha concluido diciendo-es la del Gólgota, pero también la de la resurrección».

Al concluir el simposio, el cardenal Lorenzo Baldisseri ha informado a la asamblea de la organización del sínodo otoñal, ahora que ya se ha hecho pública una primera lista de participantes. Los miembros han sido elegidos por las respectivas conferencias episcopales. Aunque la prensa ha empezado ya a hacer conjeturas sobre los obispos y sus tendencias (sobre todo en lo relativo a las cuestiones espinosas de los divorciados vueltos a casar y de los homosexuales), Tierra Santa sostiene con su oración al cardenal Baldisseri para que su larga experiencia y conocimiento de la Iglesia universal –pues ha sido nuncio en varios países, desde Guatemala a Japón, así como en Francia, Zimbabwe o Haití-pueda ayudar a la Iglesia a responder a los desafíos de nuestro tiempo

En la basílica se ha celebrado una misa en árabe al concluir los tres días de encuentros, presidida por Su Beatitud Mons. Fuad Twal. Una procesión de antorchas ha reunido a las familias de Galilea y a los peregrinos polacos y del mundo entero, mientras se recitaba el rosario en árabe, polaco, inglés y francés.

Nizar Halloun