El Señor ha llamado a sí a fray Pietro Kaswalder, y él le ha seguido | Custodia Terrae Sanctae

El Señor ha llamado a sí a fray Pietro Kaswalder, y él le ha seguido

El sábado 21 de junio, un centenar de sacerdotes han concelebrado junto al custodio de Tierra Santa, a fray Massimo Pazzini, decano del Studium Biblicum Franciscanum, y a fray Francesco Patton, provincial franciscano de San Vigilio en el Trentino, la misa de los funerales de fray Pietro Kaswalder, llamado improvisadamente por Dios hace tres días.

Se notaba una gran emoción entre los concelebrantes, a los que se ha unido una numerosa asamblea de religiosos, religiosas, así como los hermanos y hermanas, y los sobrinos de fray Pietro. Estaban también presentes los representantes de las Iglesias orientales de Jerusalén.

Fray Massimo, que ha pronunciado la homilía, ha compartido alguno de los numerosísimos testimonios llegados al Studium Biblicum Franciscanum en días pasados. Así, las clarisas de Jerusalén se han imaginado que su encuentro con el Señor se ha producido con la misma espontaneidad y generosidad con las que él, adoles, tras haber escuchado una misión franciscana, había dejado la casa de su familia para entrar en el pequeño seminario de la provincia de San Vigilio en el Trentino. «Una vez más, el Señor pasó, le ha llamado y él le ha seguido».

Todos los mensajes han sido testimonios del afecto con que fray Pietro se rodeó, así como de la estima y del respeto de sus colegas profesores de los distintos institutos de Tierra Santa y de otros países. «En estos últimos años, la Providencia está probando especialmente al Studium Biblicum,y en particular su departamento de arqueología. Recemos para que el Señor nos dé más de lo que tomado. Y ha tomado para Él realmente mucho».

Otro mensaje, que resumía los sentimientos de todos, ha subrayado que su muerte ha sido «imprevista, inesperada y prematura y por eso todavía más dolorosa». Otros testimonios han destacado cómo supo dar a descubrir «la Tierra de la promesa» que tanto amaba.

«La muerte del cristiano no es solo el fin de su camino terreno -ha seguido diciendo fray Massimo- sino también su paso, su “transitus” a la vida celeste […]. Con la muerte, un franciscano encuentra el objeto de sus más profundas aspiraciones. Se encuentra frente a Cristo. Es la elección definitiva construida poco a poco en todas sus elecciones cotidianas de la vida terrena. Jesús nos lo ha asegurado: “Esta es, de hehco, la voluntad de mi Padre: que quien vea al Hijo y crea en Él tenga la vida eterna; y yo le resucitaré en el último día” (Jn 6,40). Yo estoy seguro que fray Pietro, que creía en el Hijo y en su presencia, incluso en las piedras de Tierra Santa, podrá vivir la vida eterna prometida a los hijos de Dios. Amén. Amén».

Los restos mortales de fray Pietro Kaswalder, procedidos por un largo cortejo de franciscanos y seguidos por su familia, han sido conducidos al cementerio franciscano del monte Sión. La Custodia de Tierra Santa confía su alma a Dios en la confianza y la gratitud por el don que él ha sido.


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