Del 4 al 8 de diciembre, Su Beatitud Mons. Ignace Joseph III Younan, Patriarca de los sirios católicos, ha realizado una visita pastoral a su pequeño rebaño de Tierra Santa. La comunidad siríaca católica apenas cuenta con un centenar de familias, divididas entre Israel y los territorios palestinos. Esta comunidad la guía Mons. Grégoire Pierre Melki, exarca patriarcal para Jerusalén y Tierra Santa. Durante su visita, Su Beatitud ha efectuado numerosas visitas, con sus fieles y con los representantes de otras iglesias de Tierra Santa y las autoridades civiles.
Estos cuatro días han estado jalonados con dos momentos fuertes. El primero ha tenido lugar en Belén, en la parroquia de San José, donde Su Beatitud, llegado desde Jerusalén con una comitiva de automóviles, ha realizado su entrada y ha sido recibido por todos los jefes de las Iglesias de Tierra Santa, tanto católicos como ortodoxos y protestantes.
El Status Quo y sus peculiaridades no le han permitido realizar un ingreso solemne, ni en Belén ni en el Santo Sepulcro, pero Su Beatitud en ninguna manera se ha molestado por ello. ¡Qué mejor ingreso que el realizado, siendo recibido por tantos dignatarios religiosos y en un ambiente tan distendido y caluroso!
La belleza de la liturgia siríaca, la voz cálida de Su Beatitud y el fervor de los parroquianos han hecho vivir a la asamblea una celebración eucarística especialmente bella y emotiva. El recibimiento que le ha seguido ha sido prueba, a unos y otros, de lo acogedora que es la iglesia siríaca y el buen momento que atraviesan las relaciones entre siríacos católicos y ortodoxos. El segundo momento importante se produjo el lunes, 7 de diciembre, en Jerusalén, en el convento de San Lucas de los siríacos ortodoxos. A la entrada del convento, Su Excia. Mons. Swerios Malki Mourad, arzobispo del patriarcado ortodoxo siríaco de Jerusalén, acompañado por algunos sacerdotes, ha colocado su bastón episcopal y su cruz entre las manos de Su Beatitud Mons. Ignace Joseph III Younan y lo ha revestido con los paramentos litúrgicos. Después han entrado juntos, mientras se entonaban himnos en arameo, en la pequeña iglesia donde han permanecido durante largo rato en oración. Al final ha sido Su Beatitud quien ha impartido la bendición a la pequeña asamblea.
Por parte de los siríacos ortodoxos, el recibimiento ha sido tan acogedor y caluroso como si hubiera sido recibido su propio patriarca. En una entrevista realizada por la revista de la Custodia, Mons. Ignace Joseph III ha explicado que los dos patriarcas, católico y ortodoxo, caminan resueltamente hacia la comunión. Una bella lección de unidad por parte de la iglesia siríaca.
Tres frailes franciscanos de la Custodia se han unido y han seguido esta visita de modo especial, pues son siríacos católicos. Se trata de fray Haitham, fray Sébastien y fray Nerwan.
Mab
Estos cuatro días han estado jalonados con dos momentos fuertes. El primero ha tenido lugar en Belén, en la parroquia de San José, donde Su Beatitud, llegado desde Jerusalén con una comitiva de automóviles, ha realizado su entrada y ha sido recibido por todos los jefes de las Iglesias de Tierra Santa, tanto católicos como ortodoxos y protestantes.
El Status Quo y sus peculiaridades no le han permitido realizar un ingreso solemne, ni en Belén ni en el Santo Sepulcro, pero Su Beatitud en ninguna manera se ha molestado por ello. ¡Qué mejor ingreso que el realizado, siendo recibido por tantos dignatarios religiosos y en un ambiente tan distendido y caluroso!
La belleza de la liturgia siríaca, la voz cálida de Su Beatitud y el fervor de los parroquianos han hecho vivir a la asamblea una celebración eucarística especialmente bella y emotiva. El recibimiento que le ha seguido ha sido prueba, a unos y otros, de lo acogedora que es la iglesia siríaca y el buen momento que atraviesan las relaciones entre siríacos católicos y ortodoxos. El segundo momento importante se produjo el lunes, 7 de diciembre, en Jerusalén, en el convento de San Lucas de los siríacos ortodoxos. A la entrada del convento, Su Excia. Mons. Swerios Malki Mourad, arzobispo del patriarcado ortodoxo siríaco de Jerusalén, acompañado por algunos sacerdotes, ha colocado su bastón episcopal y su cruz entre las manos de Su Beatitud Mons. Ignace Joseph III Younan y lo ha revestido con los paramentos litúrgicos. Después han entrado juntos, mientras se entonaban himnos en arameo, en la pequeña iglesia donde han permanecido durante largo rato en oración. Al final ha sido Su Beatitud quien ha impartido la bendición a la pequeña asamblea.
Por parte de los siríacos ortodoxos, el recibimiento ha sido tan acogedor y caluroso como si hubiera sido recibido su propio patriarca. En una entrevista realizada por la revista de la Custodia, Mons. Ignace Joseph III ha explicado que los dos patriarcas, católico y ortodoxo, caminan resueltamente hacia la comunión. Una bella lección de unidad por parte de la iglesia siríaca.
Tres frailes franciscanos de la Custodia se han unido y han seguido esta visita de modo especial, pues son siríacos católicos. Se trata de fray Haitham, fray Sébastien y fray Nerwan.
Mab