“El pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo”. Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo en el Santo Sepulcro | Custodia Terrae Sanctae

“El pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo”. Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo en el Santo Sepulcro

Jerusalén, 23 de junio de 2011

La institución de la solemnidad que celebra el santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo se remonta al siglo XIII. Fue el Papa Urbano IV quien, en septiembre de 1264, la introdujo en la vida de la Iglesia tras el milagro eucarístico ocurrido pocos meses antes en Bolsena, una pequeña ciudad en el centro de Italia, cuando la hostia consagrada comenzó a sangrar en las manos del sacerdote durante la misa.

El día fijado para esta fiesta que celebra la presencia real del Cuerpo y la Sangre de Cristo en la Eucaristía es el segundo jueves después de Pentecostés. En muchos países, sobre todo en los últimos años, se ha adoptado la costumbre de celebrar el “Corpus Christi” el domingo siguiente, una forma de permitir a los laicos participar con mayor facilidad en una solemnidad tan importante.

En el Santo Sepulcro, donde rigen las precisas reglas del Status Quo, no podía faltar esta mañana (jueves, 22 de junio) la misa que también este año ha celebrado el Cuerpo y la Sangre del Señor. Presidiendo la oracion de Laudes y posteriormente la celebración eucarística estaba Mons. William Shomali, obispo auxiliar y vicario general para la Iglesia latina de Jerusalén. Tras la misa y sosteniendo entre sus manos el ostensorio con la Eucaristía para la veneración de los fieles, ha presidido la procesión en torno al Edículo de la Resurrección: tres giros, como en las ocasiones solemnes, y después la parada en la Piedra de la Unción y en los altares que recuerdan los lugares en los que el Resucitado se aparació a la Magdalena y a la Virgen. Como en las ocasiones más solemnes, ayer, miércoles, por la tarde se celebró la vigilia de la fiesta con el ingreso solemne de Mons. Shomali en el Sepulcro, acompañado por los frailes, seguido del rezo de las Vísperas. Posteriormente, el Vicario custodial, fray Artemio Vítores, ha presidido el rezo de la oración de Completas. Ha sido también él quien, ya por la noche, ha guiado de nuevo a los franciscanos de la Custodia hasta el Santo Sepulcro para celebrar la vigilia nocturna con salmos, lecturas de la Biblia y textos de santo Tomás de Aquino.

“Yo soy el pan vivo bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre... el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo”. Las palabras del evangelio de san Juan, proclamadas hoy durante la eucaristía, nos recuerdan una vez más el sentido de esta solemnidad que en la oración de los fieles arrodillados ante el Cuerpo del Señor tiene su imagen más hermosa.

Texto de Serena Picariello
Fotos de Marco Gavasso