El mujtar y los parroquianos de Jerusalén saludan al custodio en el día de su ingreso solemne en Belén | Custodia Terrae Sanctae

El mujtar y los parroquianos de Jerusalén saludan al custodio en el día de su ingreso solemne en Belén

Convento de San Salvador, Jerusalén. 26 de noviembre de 2011

En la mañana del sábado 26 de noviembre, los representantes de la parroquia de Jerusalén han saludado al custodio de Tierra Santa, fray Pierbattista Pizzaballa, y le han acompañado en procesión hasta Belén para su ingreso solemne en el día de la fiesta de santa Catalina.
La fiesta de santa Catalina de Alejandría supone un acontecimiento especial para la vida religiosa y civil de las parroquias locales. En este día, el custodio deja Jerusalén y se acerca hasta Belén para celebrar la solemnidad de la santa -titular de la iglesia, de la parroquia y del convento de la Custodia de Tierra Santa en la Basílica de la Natividad- siendo recibido por las autoridades civiles y religiosas de la ciudad. Desde hace algunos años, por motivos pastorales, cuando la fecha de la fiesta (que se celebra el 25 de noviembre) cae cerca del primer domingo de Adviento, el ingreso se pospone al sábado.

El primer momento de la jornada del custodio se ha caracterizado por la celebración de una reunión fraterna en la «sala del diván» del convento de San Salvador con los responsables de la parroquia de Jerusalén, que han sido recibidos por el guardián y vicario custodial, padre Artemio Vítores, por el secretario custodial, padre Silvio de la Fuente, y por el vicario parroquial, padre Simone Herro. Encabezando el grupo de parroquianos estaba su mujtar, el Sr. Yacob Amer. En los países árabes, el mujtar es la autoridad del pueblo, la persona que goza, más que ninguna, de una autoridad reconocida y a la que se le someten todo tipo de cuestiones sociales y civiles, con distinto grado de función jurídica según los lugares. En nuestro caso, el Sr. Amer es el mujtar de la parroquia latina de Jerusalén, nombrado en 1978 por el entonces párroco Domenico Picchi. Además de ejercer el papel de representante en los eventos sociales, el mujtar de Jerusalén desarrolla algunas funciones importantes de carácter civil y administrativo, como la de emitir los certificados de buena conducta requeridos para la obtención de algunos documentos, como el pasaporte o título equivalente. Los actos oficiales del {mujtar} están reconocidos tanto por el Estado de Israel como por el reino de Jordania.

En su intervención, el Sr. Amer ha agradecido a los frailes franciscanos de la Custodia su actuación a favor de la comunidad local, tanto por su beneficio espiritual como material, especialmente por su ayuda concreta en el problema de la vivienda y del trabajo, con el que se intenta poner freno al fenómeno de la emigración de los cristianos. «Que Santa Catalina –ha concluido el mujtar-, como mártir de la fe, sea para nosotros ejemplo de testimonio y fortaleza para afrontar los desafíos que los católicos de Jerusalén deben afrontar cada día en esta situación tan difícil y compleja».

Respondiendo al saludo, el padre Pierbattista Pizzaballa (que ha hablado en italiano, valiéndose de la traducción simultánea gracias al padre Simone Herro) ha dado las gracias al Sr. Amer y, en su persona, a toda la parroquia de Jerusalén. «Sobre todo –ha dicho el padre custodio-, la primera cosa que debemos hacer para reforzar nuestra fe y nuestra presencia como cristianos en la tierra del Señor es la oración. En el tiempo de Adviento se reflejan nuestras esperanzas y nuestras exigencias. Los problemas ligados a la vivienda, al trabajo y a las reagrupaciones familiares nos afectan a todos, pero especialmente a la comunidad cristiana, aún siendo minoritaria. Como sabéis, la Custodia está empeñada en responder a todos estos problemas de manera concreta con el fin de sostener la presencia de los cristianos en Tierra Santa. Agradezco especialmente que el mujtar haya mencionado en su discurso los nuevos apartamentos realizados por la Custodia en Beftagé, que rápidamente se han puesto a disposición de sus usuarios. Se prevén otros proyectos en Nazaret, Jaffa y en Siria, que en este momento vive un período de grandes dificultades, sin olvidar Belén y Jerusalén, donde las intervenciones previstas afectan sobre todo a la restauración de las viviendas. Esto, por desgracia, lleva aparejado consigo un gran desembolso, teniendo en cuenta que la crisis económica que afecta al mundo, también se sufre aquí. Os doy las gracias a todos vosotros –ha concluido el padre custodio- por vuestro amor a esta ciudad, que también para nosotros es el corazón de la Tierra Santa».

Al finalizar la reunión, el padre Pizzaballa ha saludado a todos los presentes. Los parroquianos han acompañado entonces al padre custodio hasta Belén, formando una caravana de coches que, escoltada por la policía israelí primero y luego por la palestina, ha llegado hasta la Basílica de la Natividad de Belén.

Texto y fotos de fray Riccardo Ceriani