El custodio visita las comunidades de Belén | Custodia Terrae Sanctae

El custodio visita las comunidades de Belén

El custodio, acompañado por el secretario de la Custodia, fray Sergio Galdi y por los frailes Nirwán, Badía y Luay, de la parroquia de Belén, ha visitado las comunidades religiosas de Belén que trabajan con la Custodia.

Según la tradición, esta visita se realiza tras el ingreso solemne del custodio con ocasión de la Epifanía. Una larga pero agradable peregrinación que lleva al custodio y su séquito de salón en salón, donde recibe una acogida calurosa y sincera: participación, dulces e intercambio de regalos; un espacio propicio para el diálogo y la alegría por la próxima visita del Santo Padre. Lejos del fausto y del esplendor propios de la liturgia de la Epifanía, el custodio ha podido charlar sobre la situación de los religiosos presentes en los países en conflicto: Siria, Irak y el Líbano.

La visita comenzó con las religiosas adoratrices perpetuas del Santísimo Sacramento en la gruta de la Leche. Continuó después con la comunidad de religiosas franciscanas misioneras de María, que participan activamente en el proyecto de la «Casa del Niño», creado por la Custodia para ayudar a los jóvenes muchachos cristianos procedentes de familias con problemas y necesitadas. Sor Marie Paule, de noventa años, ha dado el siguiente testimonio: «Esta visita es signo de amistad profunda que nos interpela; esperamos la visita de nuestros hermanos franciscanos con gran impaciencia». Los frailes han visitado después el asilo de las religiosas dominicas. Poco después se reunieron con los exploradores de Belén, en compañía de fray Marwan, director de la escuela Terra Sancta para chicos. El joven Isa Sajlé ha dado las gracias a los frailes con estas palabras: «Saludamos a la Custodia y a sus frailes y os damos las gracias por cuanto hacéis por el Terra Sancta School». La delegación no pudo evitar tomar un enésimo café, servido con dulces típicos del lugar.

El cortejo se dirigió después a la casa de los ancianos, fundada en 1942 y que acoge a unas cuarenta mujeres mayores que vivían en condiciones precarias o sin familia. Ha sido la Custodia de Tierra Santa quien ha financiado esta casa, la primera para ancianos de Belén, regida hasta la fecha por un pequeño grupo de religiosas hijas de Santa María (Hortus Conclusus), que se dedican pacientemente al cuidado de estas personas mayores. Mientras los villancicos y canciones navideñas sonaban por los pasillos, el custodio visitó a las personas que se encontraban postradas en cama, llevándoles dulces. Posteriormente todos se han dirigido al Caritas Baby Hospital, un hospital para niños situado cerca del muro de separación. Este moderno edificio hospitalario, que se ha renovado recientemente, fue construido hace sesenta años «para que, en el lugar del nacimiento de Jesús, ningún niño se vea privado de atención médica». El custodio se reunió después con las religiosas franciscanas de Santa Elisabetta, presentes en el hospital desde 1975, como punto de referencia espiritual y humana para los niños enfermos y sus padres.

La noche caía sobre Belén, pero las religiosas de San José de la Aparición esperaban a los frailes en su escuela para chicas, financiada por la Custodia y que acoge a unas mil alumnas. La madre superiora, sor Georges Sarkis, haciendo alusión a los tres nuevos frailes franciscanos destinados a la parroquia, ha dado las gracias al custodio por haber enviado «a estos tres ángeles». La tarde terminó en el campo de refugiados de Aida, donde la presencia de las religiosas franciscanas misioneras del Corazón Inmaculado de María recuerda la figura carismática de san Francisco, gran apóstol de la paz y del diálogo entre musulmanes y cristianos.

E.R.