El Cardenal Zen, obispo de Hong Kong, ha presidido la peregrinación anual al río Jordán | Custodia Terrae Sanctae

El Cardenal Zen, obispo de Hong Kong, ha presidido la peregrinación anual al río Jordán

Un diácono croata que reza en italiano, un argentino en árabe, un chino en latín, un mexicano en italiano, un ruso en hebreo… estáis asistiendo a una liturgia de la Custodia de Tierra Santa. En este día el ambiente es menos solemne que de costumbre porque la santa Misa se celebra bajo una tienda, a orillas del río Jordán.

Este jueves 30 de octubre, alrededor de 700 peregrinos se han acercado en peregrinación, como cada año, hasta el lugar del bautismo de Cristo. La catolicidad mostraba toda su riqueza con la presencia de un centenar de cristianos de Bombay (India), casi doscientos portugueses, un grupo de italianos que recorren entre 15 y 20 kilómetros a pie cada día dentro de su peregrinación, había españoles, belgas, polacos, coreanos, africanos, etc., sin olvidar a los cristianos del país que representan algunas parroquias de Belén, Beit Sahour, Caná, Nazaret y Jerusalén.

Todos estaban unidos en la oración presidida por el Cardenal Joseph Zen sdb, obispo de Hong Kong, asistido por Mons. William Slattery ofm, obispo de Kokstad, en Suráfrica, y por el vicario custodial, fray Artemio Vítores, en presencia de los representantes de los Consulados Generales de Bélgica, Italia y España.

El Cardenal ha comenzado su homilía con estas palabras: “Estoy feliz de representar aquí a todo el pueblo chino” ¡¡¡1.400.000.000 almas!!! Una población donde el cristianismo es muy minoritario, un 1,7%, lo que representa alrededor de unos 25 millones de personas –cifra que invita no obstante a reflexionar. A continuación expuso una breve meditación sobre el bautismo de Jesús.

Los peregrinos habituales en este evento han notado una novedad este año: los trabajos que se han comenzado, realizados por el ministerio de turismo israelí, para preparar el lugar, en la perspectiva de una posterior apertura más amplia, a los peregrinos de esta zona de frontera que se encuentra bajo una estricta vigilancia militar. Sólo faltaría tratar las aguas del mismo río Jordán para devolverle su primitiva dignidad y la pureza de sus aguas.

Después de la santa misa, una parte de los peregrinos se ha acercado hasta el Monte de las Tentaciones donde, después de la oración, los monjes ortodoxos les han ofrecido un merecido refresco.

MAB