Dos nuevos órganos en Tierra Santa | Custodia Terrae Sanctae

Dos nuevos órganos en Tierra Santa

El órgano del Santo Sepulcro, así como el de Getsemaní, está en proceso de producción. La empresa austriaca Rieger, fundada en 1873 y benefactora de la Custodia desde hace décadas, ha sido la elegida para la construcción de estos dos órganos.
Un trabajo arduo que ha necesitado de varios años de reflexiones y preparación en vista a los numerosos aspectos que es necesario tener en cuenta. Citamos solo algunos: la adecuación al espacio arquitectónico y al ambiente del lugar (luminosidad, corrientes de aire...), la acústica (que determinará la orientación y posición del órgano), el programa funcional del instrumento (el uso que se prevé no solo para hoy sino también para el día de mañana), la elección de la técnica de fabricación o, incluso, de la adecuación o afinidad con el anterior órgano.

En Getsemaní, la consola del órgano se ha realizado con madera de olivo de... Getsemaní. Una característica calificada por Johannes Zander, jefe de obra, como «obra de arte excepcional». La madera, de hecho, procede de los troncos que han debido tallar hace algún año o que se habían conservado cuidadosamente por los franciscanos. Elegidos con cuidado, se han trasladado después a Austria, donde han sido trabajados.

En el Santo Sepulcro se ha aconsejado colocar un órgano más pequeño que el actual con registros que van de los dieciséis pies a uno y que no suenan a la misma altura. Este instrumento ofrece, por ello, una mayor polivalencia por tener una sonoridad coloreada y timbrada, con cañas en madera y metal. Tal opción es el fruto de numerosas sugerencias de fray Armando, organista y compositor de la Custodia de Tierra Santa. El órgano ha sido pensado, por tanto, para su uso específico durante las procesiones cotidianas y las misas solemnes.

Hay que destacar también que la Iglesia Católica Romana, representada por la Orden franciscana, es la única, entre las Iglesias presentes en el Santo Sepulcro, que utiliza un instrumento musical durante su liturgia. Johannes Zander nos cuenta también los trabajos realizados durante el mes de junio en el Santo Sepulcro: «Hemos desmontado el órgano existente y estamos preparando el sitio para instalar el mueble que, en algunas zonas, se ha labrado de tal forma que se adapte a las irregularidades del muro de la capilla de María Magdalena. Esta primera etapa, definida como “de apariencia externa” se terminará en junio». Anteriormente, se han necesitado más de 8.000 horas de trabajo manual para fabricar este instrumento.

El órgano, por sus grandes dimensiones, se ha dividido en dos secciones distintas: la primera, situada en el ángulo opuesto al altar de María Magdalena y correspondiente a un primer teclado; la segunda, junto a la consola en la pequeña galería que se encuentra sobre la capilla (frente al altar). Al contrario que el órgano anterior, este instrumento no será visible para evitar su exposición al polvo y a las variaciones de temperatura o de humedad. Pero la empresa Rieger ha querido destacar la apariencia visible del instrumento. El mueble se realizará en roble lacado, esfumato y en oro, aportando así calor a la capilla de los franciscanos. De momento, esta última está todavía llena de andamios y de las grandes cajas de madera que contienen las cañas del órgano. Los trabajos se realizarán de forma escalonada hasta el otoño, y se concluirán con la armonización completa del órgano (la afinación), caña por caña. «Estuve el año pasado en Corea. Trabajamos en distintas partes del mundo, pero debo confesar que trabajar en el Santo Sepulcro es un inmenso honor y una gran alegría. Es un lugar único y, a pesar de las condiciones de trabajo un poco especiales (el equipo debe dejar de trabajar mientras se celebran procesiones o liturgias), es una auténtico placer y trabajamos a tope para que el resultado final esté a la altura de este lugar», ha añadido Johannes Zander sonriendo. Hay que decir también que los peregrinos, un poco sorprendidos por la dimensión de esta obra, se acercan, hacen preguntas y sacan fotos.

El órgano del Santo Sepulcro ha sido financiado gracias a la fiel generosidad de los austriacos, por intermediación de la Comisaría de Tierra Santa de Austria (que invitó a hacer una contribución especial). En cuanto al órgano de la basílica de la Agonía, la Custodia de Tierra Santa agradece la generosidad de los benefactores de la comunidad de Getsemaní. Los dos órganos deberían ser inaugurados y bendecidos en otoño.

E.R