Domingo de Resurrección: como Pedro y Juan, ver la tumba vacía | Custodia Terrae Sanctae

Domingo de Resurrección: como Pedro y Juan, ver la tumba vacía

Domingo 31 de marzo. Varios miles de personas, según la policía, han asistido a la misa solemne de Pascua en el Santo Sepulcro presidida por el patriarca latino, Su Beatitud Mons. Fuad Twal. La mayoría eran peregrinos venidos para la ocasión mientras que los fieles árabes de Jerusalén se han unido a la alegría de la Resurrección durante la misa parroquial en el convento de San Salvador.

Tras su entrada solemne, el patriarca ha concelebrado la misa con Mons. Kamal Batish y Mons. Ilario Antoniazzi, ordenado como nuevo obispo de Túnez el 16 de marzo pasado, junto con otros sacerdotes de Tierra Santa llegados en peregrinación.

Esta Pascua, la más tranquila en muchos años –siempre según la policía- se ha celebrado en latín, según la tradición, y los cantos han estado animados por la coral del Magníficat.

Tras haber proclamado él mismo el Evangelio, el patriarca, en su homilía, ha hablado de la necesidad de la fe. «La tumba vacía, como la vemos hoy mismo, es el camino de fe que comienza. Esta fe, nuestra fe, se apoya en el testimonio de los apóstoles. A nosotros se nos pide que creamos sin ver. "Bienaventurados aquellos que han creído sin ver" (Jn 20,29)».

(Para leer la homilía del patriarca en el sitio del Patriarcado, haz clic aquí).

Pero, en Jerusalén, a los cristianos se les ha concedido el don de ver la tumba vacía, de dejarse seducir por la «ausencia real» de Cristo, al que la muerte no pudo retener. Una experiencia única, como ha subrayado el patriarca.

Pero a pesar de la alegría de la Pascua, la Custodia de Tierra Santa no se olvida de sus hermanos de Siria, puestos en la prueba como el resto de la población, por el conflicto que tiñe de sangre el país. Y así, con emoción, los frailes han recibido las felicitaciones de Pascua y algunas noticias de los franciscanos presentes en Siria. En la misma frase, el padre Halim Nuyaim ha escrito: «Parece que este calvario no tiene fin». Y concluye: «De nuevo, feliz Pascua».

La Custodia está especialmente unida en oración por la situación de Siria y hace suyas las palabras del papa Francisco, pronunciadas en el mensaje Urbi et orbe de esta mañana, en el que ha pedido la paz para todos los países en conflicto y especialmente para Oriente Medio:
«Así, pues, pidamos a Jesús resucitado, que transforma la muerte en vida, que cambie el odio en amor, la venganza en perdón, la guerra en paz. Sí, Cristo es nuestra paz, e imploremos por medio de él la paz para el mundo entero.
Paz para Oriente Medio, en particular entre israelíes y palestinos, que tienen dificultades para encontrar el camino de la concordia, para que reanuden las negociaciones con determinación y disponibilidad, con el fin de poner fin a un conflicto que dura ya demasiado tiempo. Paz para Iraq, y que cese definitivamente toda violencia, y, sobre todo, para la amada Siria, para su población afectada por el conflicto y los tantos refugiados que están esperando ayuda y consuelo. ¡Cuánta sangre derramada! Y ¿cuánto dolor se ha de causar todavía, antes de que se consiga encontrar una solución política a la crisis?».

Todos los frailes de la Custodia, sostenidos por la fe, desean a todos los lectores de estas páginas, y a todos, ¡una hermosa y santa fiesta de Pascua!


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