El 9 de mayo fue día de fiesta para la Custodia de Tierra Santa: doce nuevos diáconos fueron ordenados en la iglesia de San Salvador de Jerusalén. El Patriarca Latino de Jerusalén, monseñor Pierbattista Pizzaballa presidió la misa, concelebrada por el Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton, por fray Dobromir Jasztal, vicario custodial, fray Marcelo Ariel Cichinelli, guardián del convento de San Salvador y fray Donaciano Paredes, maestro de los estudiantes de teología que viven y estudian en el convento de la ciudad vieja.
Después de las profesiones solemnes con las que los frailes declararon pertenecer para siempre a Cristo y vivir según la regla de la Orden de los Frailes Menores, los recién ordenados vivirán una etapa nueva. “El diaconado añade a vuestra promesa una dimensión adicional – dijo el patriarca en su homilía –. Con el primer grado del sacerdocio se os pide hacer vuestra la caridad que animó a Cristo en su vida, convertiros en su rostro caritativo entre los hombres, en la Iglesia. Los apóstoles, de hecho, confiaron a los diáconos el servicio de la caridad. No de una caridad cualquiera, genérica, filantrópica, sino de la caridad cristiana, la que brota del encuentro con Cristo. Y esto presupone una continua permanencia en Él, un convertirse en imagen de Él, que no vino para ser servido sino para servir (oración consagratoria)”. Monseñor Pizzaballa también recordó que los nuevos diáconos estarán pronto ocupados en innumerables servicios, hasta el punto de no encontrar a veces tiempo para la oración. “Encontrad siempre el equilibrio justo entre la necesidad de permanecer con Cristo en la oración y la escucha de la Palabra, por un lado, y el servicio externo para la vida del mundo, por otro”, afirmó monseñor Pizzaballa.
Antes de las ordenaciones diaconales, los frailes se postraron en el suelo ante el altar y pidieron, junto con la asamblea, la intercesión de todos los santos. Desde todo el mundo, familiares y amigos de los frailes rezaron con ellos gracias a la trasmisión en streaming directo a través de la página de Facebook de la Custodia de Tierra Santa y del Christian Media Center. Luego, el Patriarca Latino impuso las manos sobre los frailes para la ordenación diaconal y después entregó solemnemente la Biblia a los nuevos diáconos.
“Señor, te damos gracias por habernos acompañado en el camino de formación en la Orden de los Frailes Menores – dijo uno de los nuevos diáconos en nombre de todos los demás, al final de la misa –. Pedimos tu gracia para poder permanecer fieles al servicio de la Iglesia y al servicio de los pequeños, de los pobres y de aquellos que necesitan tu presencia”. Dirigiéndose a todas las familias conectadas por streaming, añadió a continuación: “Los artífices de nuestra vocación son nuestras familias y nuestros padres. Os damos gracias por el don de la vida y por habernos enseñado a amar a Dios sobre todas las cosas”. Un agradecimiento especial fue destinado también a todos los formadores, maestros y superiores. “También damos gracias a nuestros padres provinciales, que no han podido estar presentes. Expresamos nuestra gratitud por habernos recibido en la Orden de los Frailes Menores”.
“Ojalá logréis interiorizar las palabras de la oración colecta que ha leído el Patriarca Latino – concluyó el Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton – Non ministrari sed ministrare, (del latín, “no ser servidos, sino servir”): este es mi deseo para cada uno de vosotros”.
Beatrice Guarrera