Vía Crucis a favor de la Paz por las calles de Belén | Custodia Terrae Sanctae

Vía Crucis a favor de la Paz por las calles de Belén

1 Marzo 2008

Un Vía Crucis a favor de la Paz por las calles de Belén no es un acontecimiento banal. Tuvo lugar el sábado, 1 de marzo, como parte de la campaña “Un Puente para la Paz”, que empezó en Italia. Forma parte de la clamorosa llamada efectuada en diciembre de 2006 por las Hermanas Elisabetinas del Caritas Baby Hospital de Belén.

El hospital se encuentra en terrenos propiedad de la Custodia, no lejos del check point. El 1 de marzo de 2004, las hermanas fueron testigos de la construcción de los seis primeros bloques de hormigón, de ocho metros de alto, que desde entonces han aislado herméticamente Belén de Jerusalén. Desde su hospital pediátrico, el único de su clase en toda la Transjordania, ellas han visto la situación, particularmente en lo tocante al tema social y sanitario, inexorablemente deteriorada. Todos los viernes, las hermanas rezan el rosario a lo largo del muro. Su voz se ha oído en Italia y, desde 2006, un numeroso grupo de parroquias, diócesis y varias asociaciones y movimientos se han unido a ellas.

La campaña se llama “Un Puente para la Paz”, y el primero de marzo se ha dedicado a construir un muro de diálogo y oración, constituyendo el asunto principal de las parroquias italianas.
Este año, las parroquias de Beit Sahur, Beit Jala y Belén han organizado un Vía Crucis por las calles de la Ciudad de la Natividad. Ha participado una gran multitud de cristianos palestinos de la zona. Hay que destacar la participación de los jóvenes. De hecho, han sido los jóvenes quienes han animado la oración a través de las catorce estaciones, ayudados por los seminaristas del Patriarcado Latino, que asimismo viven en Beit Jala.

Un grupo de unos cuarenta italianos se ha unido a los cristianos locales. Todos ellos fueron recibidos en la parroquia de Santa Catalina por Mons. Fuad Twal, coadjutor de Su Beatitud Mons. Michel Sabbah. Durante la meditación de esta estación, la asamblea ha rezado teniendo presente los dramáticos sucesos acaecidos el mismo día en Gaza, así como a Mons. Paulos Faraj Rahho, Arzobispo caldeo de Mosul, Iraq, que fue secuestrado el 29 de febrero.

Después de impartir la bendición, Mons. Twal agradeció a las parroquias y asociaciones italianas su apoyo a la Tierra Santa. “Ésta es la prueba de que no nos han olvidado ni abandonado”. Después, Mons. Twal invitó a la asamblea, primero en italiano y luego en árabe, a volverse a Cristo: “La situación dramática que vivimos aquí nos lleva directamente al Evangelio. Nos invita a tomar el Evangelio en serio, a tomar las palabras de Cristo en serio. “Quien quiera seguirme, que renuncie a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga”.

No es posible vivir en la Tierra Santa, amar la Tierra Santa, trabajar en la Tierra Santa, sin la cruz. Cristo ha sido el primero, antes que nosotros –antes que tú- Cristo cargó con su cruz. Cristo cayó antes que nosotros. La primera, la segunda, la tercera vez, Él se levantó. Él nos ha enseñado también a nosotros a levantarnos, a renovar nuestras fuerzas y esperanzas, a tener fe, a creer en la Paz. Os damos las gracias por vuestro apoyo. Estos gestos son preciosos. Nos ayudan a no morir, nos ayudan a sobrevivir.

Queremos la Paz, la Paz que los políticos de la comunidad internacional no han sido capaces, no han querido darnos. Queremos decir: “No más violencia, no más ataques, no más muerte. Estamos cansados de esta situación, de esta forma de vivir. Estamos cansados de políticos que hablan del conflicto sin resolverlo.

”Cristo cayó antes que nosotros, se levantó antes que nosotros, vivió el camino de la cruz antes que nosotros, el camino que lleva a la resurrección. Tomemos en serio el Evangelio. Como Él nos dijo: “No tengáis miedo”; no tenemos miedo. Tomamos muy en serio sus palabras “Yo os doy mi paz”. Y su paz no es la de los políticos. Su paz no es la de los militares. Su paz está en la serenidad, en la confianza en el futuro, en la confianza en el hombre, en la confianza en uno mismo. Esta es la paz que nosotros esperamos y deseamos.

”Nosotros, que estamos en la cruz; nosotros, que estamos detrás del muro, tenemos el valor de desear esta paz a todo el mundo. Nosotros, que estamos de rodillas, tenemos el valor de anunciar esta paz. Paz para tí, paz para esta Tierra”.
Las palabras de Mons. Twal recieron una gran ovación. “Estas palabras me han dado ánimos. Son como una oración”, ha dicho un parroquiano de Belén.
Si los politicos no escuchan, al menos los jóvenes han renovado su valentía.

MAB