Conmemoración del Bautismo del Señor en el Jordán - 2007 | Custodia Terrae Sanctae

Conmemoración del Bautismo del Señor en el Jordán - 2007

La liturgia de los Franciscanos goza del privilegio de poderse celebrar en los mismos lugares de la vida de Cristo de que hacen memoria. Por ello, a lo largo del año se realizan diversas peregrinaciones. Una de ellas, sin embargo, es una excepción de esta regla litúrgica. Es la conmemoración del Bautismo de Jesús a orillas del río Jordán, no lejos de Jericó, el último jueves de octubre.

Si, por ejemplo, los Franciscanos se desplazan hasta Betfagé para la procesión del Domingo de Ramos, o van a Belén por Navidad y Epifanía, ¿cuándo nace la tradición de celebrar el Bautismo del Señor en octubre, cuando la fiesta se debería celebrar el domingo siguiente a la Epifanía?. Parece que la fecha de esta peregrinación se haya fijado por comodidad meteorológica. En el verano el calor haría imposible la peregrinación; en invierno, en enero, se correrían el riesgo de desplomes por la abundancia de lluvias.

Además de esto, es justo después de la Epifanía cuando los Ortodoxos se acercan a este mismo lugar para la análoga conmemoración. Parece que el tiempo estos últimos dos años ha sido clemente. ¿Se debe cambiar la fecha de la peregrinación para sintonizar con la liturgia romana conciliar? Se está estudiando esta posibilidad. Hasta inicios de 1967 esta posibilidad existía para los seminaristas de San Salvador, que participaban en una bendición mientras estaban en una barca, el día de la Epifanía –como para los Orientales-, mientras que los sacerdotes franciscanos estaban en peregrinación a Belén para la fiesta del día.

Por tanto ahora, ha sido el jueves 25 de octubre cuando, para una quincena de autobuses alquilados por las parroquias de Jericó, Jerusalén, Nazaret y por los Franciscanos, se han abierto las puertas de la “Tierra de Nadie”, habitualmente cerradas a las visitas de los peregrinos.

Este año se ha inaugurado una cosa nueva. Unida a la pequeña capilla donde se celebra la Misa, se ha erigido una tienda para proteger a parte de la asamblea de los ardores otoñales de los rayos del sol. Había más de treinta grandes arbustos a orillas del río y esta sombra se ha agradecido mucho. Los fieles que no han podido aprovecharla, han rivalizado en fantasía para protegerse del sol.

Delante de la capilla han ocupado puesto sus excelencias los Cónsules generales de Francia, Italia, Bélgica y el Cónsul general adjunto de España, que han participado en la procesión junto a fra Artemio Vítores, Vicario custodial, que ha presidido la Misa.

Después de la lectura del Santo Evangelio, fra Ibrahim Faltas ofm, encargado de la Parroquia de Jerusalén, ha invitado a la asamblea a renovar las promesas bautismales, y después fra Artemio ha dado la Bendición.

Al término de la celebración Eucarística, la mayor parte de los autobuses se ha acercado hasta el Monte de las Tentaciones, desde donde se domina Jericó. Los Evangelios Sinópticos colocan este momento de la vida de Jesús inmediatamente después de su Bautismo.

Son necesarios más de veinte minutos para realizar la subida que conduce hasta el monasterio de la Cuarentena donde, después de la lectura del Evangelio y la bendición de los franciscanos, la muchedumbre de peregrinos ha descansado y ha hecho honor a la acogida fraterna que los frailes Ortodoxos presentes le ha dispensado. El descenso es todavía ocasión para abrazar con la mirada un magnífico panorama del valle del Jordán, el palmeral de Jericó y el monte Moab, antes de montar de nuevo en el autobús y reemprender la vida litúrgica ordinaria.

MAB