Conmemoración de los fieles difuntos | Custodia Terrae Sanctae

Conmemoración de los fieles difuntos

02/11/2007

Al día siguiente de celebrar a Todos los Santos, el viernes 2 de Noviembre, los Franciscanos de Tierra Santa, como en cualquier lugar del mundo cristiano, han conmemorado a los Fieles Difuntos. Cada fraternidad lo ha hecho en su convento. En Jerusalén, la Eucaristía fue presidida por el párroco, hermano Ibrahim Faltas. Hubo una numerosa participación de feligreses. A continuación, los hermanos acudieron, procesionalmente al cementerio del Monte Sión.

En el Monte Sion existen tres cementerios latinos (1). Muy cerca de la puerta de Sion, fuera de los muros de la ciudad, está el cementerio en el que están enterrados los hermanos de la Custodia que han fallecido en Jerusalén. Aunque este año no hemos tenido que lamentar ningún fallecimiento, hemos visitado sus tumbas y orado por los hermanos allí sepultados. Algunos franciscanos se han aproximado hasta las tumbas de sus hermanos más allegados.

En los dos cementerios próximos, acudían familias con flores, orando y esperando la bendición que dos sacerdotes y un diácono impartían en cada tumba. Mientras tanto los hermanos alternaban canciones en latín y en árabe.

Una de estas tumbas es la de Oskar Schindler, el industrial alemán que, durante el Holocausto, salvó la vida a más de 1.200 judíos. Junto a un ramo de flores se podía ver un hoja, recientemente depositada, con la palabra “Danke” (gracias, en alemán). Se veían, también, algunas imágenes religiosas y muchas piedras depositas por judíos, como testimonio de su visita y de su obligado recuerdo. Su recuerdo continúa.

Algunos hermanos, invitados por ellas, se unían a las plegarias de las familias árabes cristianas. A lo largo de este día y de los siguientes, son muchas las familias que han desfilado recordando a sus difuntos y en espera de la Resurrección.

MAB

1.- Una tradición judía asegura que, al final de los tiempos, todas las naciones serán reunidas en el valle de Josafat, también llamado Cedrón, para ser juzgadas. Tanto Cristianos como Musulmanes mantienen la tradición.