Con Francisco, el corazón de Cristo sigue latiendo en el corazón de la Iglesia | Custodia Terrae Sanctae

Con Francisco, el corazón de Cristo sigue latiendo en el corazón de la Iglesia

Cristo se ofrece nuevamente a los franciscanos de la Custodia en la fiesta de san Francisco de Asís. La fiesta comenzó este fin de semana con las primeras vísperas de la solemnidad. Celebradas en todas las comunidades de Tierra Santa, en el convento de San Salvador de Jerusalén han estado revestidas de una solemnidad especial debido al gran número de frailes presentes, además de la numerosa participación de religiosos y laicos venidos de los alrededores para celebrar la fiesta del Poverello de Asís.

El Custodio de Tierra Santa presidió el oficio de las Vísperas en San Salvador. En su monición, subrayó la importancia de la vida fraterna que no es tanto la elaboración de los “proyectos fraternos” que puedan ser propuestos por las fraternidades sino el seguir a Jesús todos juntos. A las vísperas, en las que se conmemora la pascua de Francisco (ante una reliquia del santo), ha seguido la tradicional fiesta del Seminario franciscano a la que se han unido los seminaristas de los Padres Blancos y de los salesianos. Todos juntos han manifestado abiertamente su alegría, con cantos y danzas llenos de entusiasmo, por el don de sus vidas a Cristo.

Este 4 de octubre, la iglesia de San Salvador estaba llena. De la misa habitual de la parroquia, los fieles árabes se unido en gran número a la celebración. Estaban presentes, según la tradición, los cónsules generales de las naciones latinas protectoras de los Santos Lugares: España, Italia, Francia y Bélgica. La segunda gran órden mendicante, los dominicos, ha participado con una importante delegación encabezada por fray Guy Tardivy, prior del convento de Santo Domingo en Jerusalén, que ha presidido la celebración. Estaban también representadas las distintas congregaciones religiosas masculinas y femeninas que trabajan en Jerusalén.

“El puro Evangelio, antiguo y siempre nuevo, y el Corazón de Cristo laten hoy todavía en el corazón de la Iglesia en el carisma de los franciscanos y las clarisas”, afirmaba fray Nicolas-Jean Porret, dominico, en su homilía, hablando de la regla de san Francisco. Una regla de vida que se ha puesto en relieve este año en el que los franciscanos celebran el octavo centenario de su aprobación por parte de la Iglesia. No se conoce el texto de la primera regla, aprobada oralmente en 1209 por el Papa Inocencio III, pero sí el texto aprobado con la bula del Papa Honorio III, el 29 de noviembre de 1223, que es la que gobierna tanto a los frailes menores como a capuchinos y conventuales.

En este tercer año de celebración del Jubileo, la atmósfera en San Salvador ha sido particularmente alegre. El espíritu de la fiesta ha caracterizado todo el fin de semana, así como el almuerzo que los franciscanos han compartido con sus numerosos huéspedes (el Patriarca emérito, los cónsules, los miembros del coro del Instituto Magníficat y otros amigos religiosos y laicos), tras el refresco que se ha ofrecido en el salón de ingreso de la Curia custodial en el que toda la asamblea que había participado en la misa se volvió a reunir gozosa.

MAB