Clausura del curso escolar en Trípoli | Custodia Terrae Sanctae

Clausura del curso escolar en Trípoli

9 de junio. Fra Halim Noujaim nos ha invitado a la fiesta de clausura del curso escolar. Hemos ido fra Giuseppe Incelli y yo, llegando con antelación y visitando antes el convento y la iglesia. El empresario nos explica que la gran cantidad de polvo que encontramos por todas partes se debe a los trabajos urgentes que se están llevando a cabo en el techo de la bodega donde algunos soportes de madera estaban cediendo con el peligro de hacer caer el pavimento de la dirección de la escuela.

A la hora fijada, nos acercamos hasta el patio contiguo al convento donde se ha montado un pequeño escenario adornado con papel y flores de colores, que daban al ambiente un tono jovial.

La fiesta ha comenzado con el himno nacional libanés. Fra Halim, con un breve discurso simple y espontáneo, ha hecho un recorrido por todo el curso escolar que, en el pequeño mundo de la escuela elemental, refleja las vicisitudes sufridas, y algunas veces dramáticas, de la historia del Líbano vividas en estos últimos meses. Un período que se espera que haya acabado definitivamente con la elección del Presidente de la República. Fra Halim ha formulado el deseo de que se pueda volver a vivir unidos, con respeto a todos, como antes, sin distinciones por motivo de confesión religiosa o afinidad política.

Dice fra Halim, indicando los planos para el futuro de la escuela: “El próximo paso será la construcción de un nuevo jardín de infancia. Intentaremos hacer que la escuela avance, con la ayuda de Dios. Tenemos la intención de reorganizar el sistema educativo y de enseñanza en la escuela, por eso necesitamos de la colaboración efectiva de los padres para andar hacia delante y mejorar las cosas”. Un gran aplauso le ha mostrado el apoyo de los padres.

Una alumna presenta las distintas partes del programa desarrollado por todas las clases: comprende danza árabe y dabke, descripción la situación de los alumnos y sus cometidos, y hay incluso alguna canción irónica sobre la clase política. El programa lo ha preparado la maestra encargada de organizar la fiesta, y todos hemos apreciado su toque artístico en la confección de los trajes. De hecho, los niños vestían bien los trajes típicos libaneses, bien los trajes típicos de los gitanos, o de las bailarinas árabes. También la música ha sido elegida con mucho gusto, y el espectáculo estaba muy bien coordinado demostrando una buena colaboración con la maestra.

La fiesta ha durado una hora y media, en un clima de alegría y satisfacción de todos, tanto de los padres como de los educadores. Muchas señoras musulmanas con la cabeza cubierta con el velo han venido a la fiesta sin ostentación, batiendo las manos con espontaneidad, acompañando el ritmo de las canciones.

Para los profesores, colaboradores del director y algunos invitados, todo ha acabado con una cena bajo los arcos del convento.

Con nuestra presencia, fra Giuseppe y yo hemos querido llevar una muestra de apoyo, también en nombre de la Custodia, al director y a sus colaboradores, para que continúen su labor educativa en Trípoli marina, con la ayuda de Dios, a pesar de las dificultades presentes.

Así, la Custodia de Tierra Santa continua su labor educativa iniciada en Trípoli hace 150 años en beneficio de la población local, de mayoría musulmana, que siempre ha estado encariñada con los frailes y sus santos, Francisco y Antonio.

Fra Joseph Costantin ofm