Clausura del Año Sacerdotal en el Santo Sepulcro | Custodia Terrae Sanctae

Clausura del Año Sacerdotal en el Santo Sepulcro

Como todos los años, los franciscanos, custodios del Santo Sepulcro, han celebrado en la basílica de la Resurrección, con toda la fastuosidad que la liturgia recomienda, la festividad del Corpus Christi.

De este modo, durante la vigilia de la fiesta, se han abierto las puertas a Mons. Shomali en representación del Patriarca durante la entrada solemne a la que han seguido el canto de las vísperas y la procesión cotidiana solemne. Mons. William Shomali, consagrado como obispo hace una semana, ha presidido en esta ocasión sus primeras vísperas pontificales en el Santo Sepulcro. Estaba acompañado de algunos seminaristas y escoltado, en su camino hacia el Patriarcado, por los kawas mientras que los franciscanos permanecían en el lugar para seguir con la oración del Oficio de Completas.

Por la noche, los franciscanos han estado velando –como es habitual todos los días del año- para inundar el lugar con sus oraciones. A medianoche el Vicario Custodial, fray Artemio Vítores, ha presidido el Oficio de Lecturas que se ha celebrado, con ocasión de esta festividad particular, ante la Tumba vacía.

El día de la fiesta los franciscanos se han acercado nuevamente hasta el Patriarcado para encontrarse con Mons. Shomali e invitarle a ir y presidir la misa pontifical. Numerosos sacerdotes se han dirigido directamente hasta la basílica, invitados por la Asamblea de los Ordinarios de Tierra Santa, que quería que este Año Sacerdotal se concluyera en Jerusalén con la festividad del Corpus Christi. Han sido, por tanto, numerosos sacerdotes los que han podido concelebrar y escuchar las palabras de la homilía de Mons. Shomali en las que ha resumido la misión del sacerdote en tres puntos: “El sacerdote es el hombre de la Palabra de Dios, que la anuncia y la comparte con sus hermanos. Es también el hombre de la santificación. Y es, finalmente, el pastor de su grey”.

A los numerosos sacerdotes se les ha unido gran número de fieles locales y algunos peregrinos entre los que había un grupo de alemanes y, entre ellos, una coral, la Laupheimer Singkreis, dirigida por Ludwig Schwedes. Ha sido esta misma coral la que ha animado los cantos de la misa que habían aprendido para la ocasión, añadiendo aquí y allí algunas piezas de su propio repertorio resaltando, si cabe aún más, la belleza de la celebración. Parecía que cantar en el Santo Sepulcro era, para alguno de ellos, no sólo una actuación sino un acto de fe.

Al terminar la misa, la procesión solemne con el Santísimo Sacramento ha rodeado por tres veces el Edículo, haciendo después una parada en el altar de la Aparición a María Magdalena y otra última en la capilla de la Aparición a la Virgen. La procesión ha añadido solemnidad a la jornada.

Tras la marcha del cortejo con el que los franciscanos han acompañado a Mons. Shomali al Patriarcado, el Santo Sepulcro ha vuelto a llenarse de turistas y peregrinos para satisfacción de todos aquellos que querían acceder hasta la Tumba.

Mab